Instituciones, violencia criminal e interdependencia: el camino acotado del desarrollo en América Latina y el Caribe
Institutions, Criminal Violence and Interdependence: The Narrow Path of Development in Latin America and the Caribbean
Instituições, violência criminal e interdependência: o caminho limitado do desenvolvimento na América Latina e no Caribe
Instituciones, violencia criminal e interdependencia: el camino acotado del desarrollo en América Latina y el Caribe
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 55, 2016
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Recepción: 15 Septiembre 2015
Aprobación: 15 Febrero 2017
Resumen: El objetivo de este artículo es adentrarse en las complejidades del cambio económico y social desde una perspectiva global, dando énfasis a la región de América Latina y el Caribe (ALC). La literatura especializada en este campo ha reconocido la importancia del cambio institucional como factor esencial en la explicación del crecimiento económico de largo plazo. No obstante, su narrativa no ha incorporado plenamente la relevancia de la interdependencia desde una perspectiva dinámica, que es una parte integral del cambio social, económico e institucional en el corto, mediano y largo plazo. El artículo intenta dar luz sobre aspectos y factores centrales en este ámbito, a partir de un enfoque multidimensional en donde la relación entre violencia criminal, instituciones e interdependencia es un factor clave. Para ello, se ofrece un marco analítico adecuado a esta lógica, así como un análisis empírico del impacto de la delincuencia y la violencia criminal en la dinámica de crecimiento per cápita de la economía global, subrayando el caso de ALC en el período 1990-2010.
Palabras clave: crecimiento económico, economía política, modelos econométricos, América Latina y el Caribe, instituciones formales e informales.
Abstract: The objective of this article is to examine the complexities of economic and social change from a global perspective with a focus on Latin American and the Caribbean. The academic literature in this area has emphasized the importance of institutional change as a central factor underlying economic growth over the long term. However the thrust behind this literature has not fully incorporated the relevance of interdependence from a dynamic perspective. Interdependence emphasizes the integral nature of social, economic and institutional transformation over the short, medium and long terms. This article attempts to shed light on central aspects and factors of surrounding crime and development from a multi-dimensional perspective in which the relationship between criminal violence, institutions and interdependence are key factors. An analytical framework is presented in conjunction with an empiri - cal analysis on the impacts of criminal delinquency and criminal violence on the dynamics of economic growth per capita of the global economy, underlining the case of the Latin American and Caribbean region between 1990-2010.
Keywords: economic growth, political economy, econometric models, Latin American and the Caribbean, formal and informal institutions.
Resumo: O objetivo deste artigo é entranhar-se nas complexidades da mudança econômica e social desde uma perspectiva global, com ênfase na região da América Latina e do Caribe (ALC). A literatura especializada neste campo tem reconhecido a importância da mudança institucional como fator essencial na explicação do crescimento econômico de longo prazo. Entretanto, sua narrativa não incorporou plena - mente a relevância da interdependência desde uma perspectiva dinâmica, que é uma parte integral da mudança social, econômica e institucional a curto, médio e longo prazo. O artigo tenta visibilizar os aspectos e fatores centrais neste âmbito, a partir de um enfoque multidimensional, no qual a relação entre violência criminal, instituições e interdependência é um fator-chave. Para isso, se oferece um marco analítico adequado a esta lógica, assim como uma análise empírica do impacto da delinquência e da violência criminal na dinâmica de crescimento per capita da economia global, destacando o caso de ALC durante o período 1990-2010.
Palavras-chave: crescimento econômico, economia política, modelos econométricos, América Latina e Caribe, instituições formais e informais.
Instituciones, violencia criminal e interdependencia: el camino acotado del desarrollo en América Latina y el Caribe
La comprensión de las complejidades de los cambios económicos y sociales es uno de los mayores desafíos de las ciencias sociales. No solo porque exige mayor diálogo interdisciplinario, sino porque es un requisito clave para desarrollar estrategias que ayuden a mejorar el desarrollo y la seguridad humana. En este marco, se han realizado aportaciones profundas desde diversos enfoques sobre la construcción del proceso de cambio socioeconómico. Sin embargo, aún muestran importantes limitaciones que reflejan la ausencia de una perspectiva más compleja en donde la inestabilidad del sistema global y las relaciones de interdependencia sean vistas como elementos consustanciales a la explicación del desarrollo nacional y humano. Esto es particularmente relevante en el estudio contemporáneo de los nexos entre política y violencia social; en especial, los vínculos entre violencia política y violencia criminal. Algunos estudios han argumentado que los aspectos negativos del fenómeno de la globalización se acompañan de formas de dominación social y económica bajo la protección de la clase política, que a su vez se alimentan de entornos de desigualdad social, pobreza y debilitamiento de las instituciones nacionales (Buscaglia 2008b; Maihold y Brombacher 2013). 1 Otras corrientes de pensamiento aducen razones his social, pobreza y debilitamiento de las instituciones nacionales (Buscaglia 2008b; Maihold y Brombacher 2013).1 Otras corrientes de pensamiento aducen razones históricas en donde la existencia de contradicciones internas de los sistemas políticos y económicos –mediante niveles intrínsecos de incertidumbre y conflicto– desencadenan nuevos y más profundos desequilibrios económicos y sociales (Taguieff 2004).2 El historiador Eric Hobsbawn (2007, 140) asocia la expansión de la violencia en el orden público con un proceso de desarrollo social y cultural internacional, que es fruto del debilitamiento y fragmentación de los Estados nacionales y que se expresa vivamente en términos de polarización social. Lo anterior concierne no solo a la explicación del terrorismo internacional, sino a otra serie de fenómenos que se asocian con “la extraordinaria expansión en la oferta global y disponibilidad de armas, poderosamente destructivas, entre particulares y agrupaciones”. Tal es el caso del crimen organizado y las cadenas globales de suministro a la que están vinculados, los cuales se han convertido en factores potenciales de desestabilización de Estados y gobiernos débiles (Berdal y Serrano 2005).
En este contexto, las complejas redes de actividades ilegales son vistas como un nuevo elemento de preocupación por parte de los organismos internacionales y los gobiernos nacionales, no solo en términos de seguridad, sino también como un factor que afecta a la creación de ciudadanía, la cohesión social y los escenarios de paz duraderos. Así pues, la violencia conforma un fenómeno social crecientemente complejo y multidimensional, que estaría condicionando en buena medida el éxito de las estrategias de paz y seguridad en los ámbitos nacional, regional y global.
El presente artículo es un intento de abordar la explicación del cambio social, económico e institucional en un escenario complejo y de interdependencia desde una óptica global, analizando el caso de América Latina y el Caribe (ALC). Tradicionalmente la violencia en esta región fue concebida como parte de un conflicto político (Conrado et al. 1993). No obstante, desde la década de 1980 se ha sumado un nuevo elemento vinculado con el aumento de los flujos transnacionales del crimen organizado, los cuales han llegado a convertirse en una fuerza decisiva detrás de la criminalidad urbana y rural. A partir de lo anterior, surgen varias preguntas, entre ellas: i) ¿qué factores han determinado la dinámica de violencia en la región?, y ii) ¿por qué la tasa de homicidios de ALC es la más alta del mundo? (Jaitman 2015).
El presente estudio incorpora la noción de violencia criminal como un elemento clave del análisis, asumiendo el fenómeno bajo estudio como un problema complejo y asociado con diferentes aristas delincuenciales. Esta problemática puede ser consecuencia de la actividad de grupos delictivos nacionales o pertenecientes a estructuras criminales transnacionales. El artículo adopta la concepción de Naciones Unidas (2001) respecto a los grupos criminales organizados. Es decir, todo aquel:
Grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos (...) con miras o obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material.
A efectos del análisis empírico, la violencia criminal es concebida como un indicador agregado que computa los siguientes delitos y actividades delictivas, registradas en las estadísticas de las policías nacionales de los países considerados en este estudio: 1) delitos relacionados con drogas; 2) tráfico de personas; 3) asaltos y robos; 4) violencia sexual a escala nacional; 5) homicidios intencionales; y 6) secuestros a nivel nacional. La información estadística es proporcionada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).
Esta propuesta, en cualquier caso, es una aproximación a una realidad más compleja que vincula la dinámica de la violencia con estructuras y factores centrales del cambio socioeconómico e institucional, entre ellos, desigualdad y pobreza, calidad institucional, cohesión social, entre otros. La segunda sección ofrece un marco analítico para el estudio de las instituciones y la violencia criminal en un entorno de interdependencia. Este apartado permite identificar canales y mecanismos que dan forma a los acuerdos institucionales formales e informales que alimentan la violencia criminal. Asimismo, ofrece un entorno para el análisis de las determinaciones recíprocas entre instituciones y cambio socioeconómico. La tercera sección se sirve de la metodología utilizada para analizar empíricamente los determinantes del crecimiento económico de largo plazo de la economía global en el período 1990-2010, resaltando la región de ALC. Para ello, se realiza una estimación econométrica basada en el método de panel de datos dinámico: Método Generalizado de Momentos (MGM). Finalmente la cuarta sección muestra algunas implicaciones del análisis al debate sobre el cambio institucional y la violencia, así como las conclusiones. El presente artículo intenta hacer frente a dos aspectos centrales fuertemente vinculados: la relación entre espacio global y cambio institucional, así como el estudio de los complejos vínculos que subyacen tras el desarrollo socioe-conómico moderno y que nutren los patrones de cooperación institucional entre países en las últimas décadas.
Marco integral para el estudio del cambio institucional: el caso del crimen organizado y la violencia
La literatura neoinstitucional, mediante North (1990), ha estudiado la interacción y la composición de las instituciones formales –normas y leyes que regulan las transacciones económicas– y las instituciones informales –normas de conducta basadas en creencias y tradiciones– con el fin de conocer cómo son capaces de reforzar códigos de conducta en la sociedad de forma positiva, dando certidumbre y reduciendo los costos de transacción para los agentes económicos en el largo plazo. Dicho escenario, sin embargo, es solo una faceta. Helmke y Levitsky (2006) han clarificado el concepto de instituciones informales en las vertientes política, social y económica. De tal forma que la frontera de interacción entre instituciones formales e informales es más profunda, encontrándose diferentes patrones de comportamiento –no excluyentes entre ellos– que inciden en el grado de efectividad institucional (cuadro 1).
Mantienen una naturaleza endógena a la estructura institucional formal y, como consecuencia de ello, pueden contribuir a la estabilidad o el cambio del marco institucional formal vigente.
Tienen un rasgo positivo que puede facilitar entornos de efectividad institucional estableciendo relaciones complementarias o complacientes con las instituciones formales. No obstante, también ofrecen un cariz negativo que puede ocasionar un efecto desplazamiento (crowding out ) mediante relaciones sustitutivas o competitivas del factor institucional formal.
El cambio en las instituciones informales está asociado, por lo general, con procesos de largo aliento que involucran cambios en la distribución de recursos y de poder, así como con experiencias y creencias compartidas de las organizaciones y otros actores relevantes, v. g. las élites de poder.
En el plano empírico, una de las facetas que refleja dichas pautas institucionales es la evolución del mercado de trabajo. Esta institución social hace patente la delgada línea entre instituciones formales e informales. La vertiente de empleo informal, por ejemplo, ya no es más exclusiva de países en desarrollo, sino que cada vez más es una parte inevitable de un proceso de desarrollo global desequilibrado, en donde más del “80 por ciento de los trabajadores en los países de bajos ingresos se emplean en la economía informal, 40 por ciento en los países de renta media y el 15 por ciento de las personas en los países de ingresos altos” (ILO 2011, 158). La dinámica creciente de la economía informal en el mundo se asocia con los cambios en los procesos simultáneos de globalización, reestructuración productiva y modificaciones en la organización del trabajo, de tal forma que el empleo tiene como características: menor formalidad, precariedad y relaciones laborales irregulares (Valenzuela 2005). Este hecho si bien ofrece una respuesta contracíclica que ayuda a absorber temporalmente los choques en materia de despido y desempleo, también tiene un rostro negativo que no necesariamente contribuye a la creación de un tejido económico y social incluyente (ILO 2012).
Propuesta analítica multidimensional: instituciones, violencia criminal e interdependencia
En este artículo se intenta hacer hincapié en una variante en la cual las instituciones informales no se conectan con la creación de instituciones formales sino que, por el contrario, viven a costa de ellas, creando incertidumbre y aumentando los costos de transacción en la economía. Así pues, en un contexto de impunidad, corrupción, deterioro del marco institucional estatal y alta desigualdad (con sus determinantes: concentración de ingreso y mercado, escasez de empleo, mercado laboral desestructurado, informalidad, baja calidad de la educación, entre otros), se desencadenan mecanismos informales (locales y externos) en contra del Estado de derecho y el contrato social, de tal manera que los incentivos para la creación de círculos virtuosos de desarrollo en una sociedad son más bien de tipo débil.
El modus operandi de los denominados carteles de la droga en sociedades con esas características ilustra el nuevo fenómeno de la violencia criminal, una vez que respaldan comportamientos oportunistas, al tiempo que se sirven del vacío institucional a nivel local e internacional, gracias a la creciente cantidad de recursos de los que gozan. La permeabilidad de este tipo de conductas vinculadas con actividades ilícitas ha permitido un proceso de diversificación de las mismas, lo que ha abierto la puerta a otros negocios relacionados (Buscaglia 2008a), pero también, de acuerdo con Garay y Salcedo (2012), a impulsar estructuras criminales complejas en forma de redes (transnacionales), al amparo de la corrupción política y financiera local e internacional, lo que reconfigura el tejido institucional.
Canales y mecanismos de cambio institucional en entornos complejos
El presente planteamiento reconoce un patrón de causalidad complejo para la creación de instituciones incluyentes, tal como se describe en el diagrama 1.
Dentro de este marco, las instituciones informales pueden tener una doble trayectoria en relación con el crimen y la violencia. Por un lado, promueven externalidades negativas debido a su efecto dañino sobre la calidad de las instituciones formales (v. g. más corrupción y menos Estado de derecho) y, por otro lado, la violencia (en diferentes ámbitos) puede reforzar el deterioro de las instituciones informales en su propio beneficio.
En cuanto a la relación entre desigualdad, criminalidad y violencia, se encuentra también una doble causalidad porque la desigualdad y la pobreza –no por sí mismas sino en combinación con otros factores– incrementan la violencia y la delincuencia. Este resultado es incompatible con una reducción sostenida de la desigualdad y la pobreza, ya que los beneficios reales de la delincuencia y la acumulación de actividades ilícitas se distribuyen de tal modo que no se traducen en una mejor distribución de la riqueza en la sociedad.
Por último, también existe un efecto bidireccional entre desigualdad, pobreza e instituciones informales, principalmente por medio de un bajo crecimiento económico (en términos per cápita) y la falta de cohesión social. Estudios recientes aportan evidencia empírica en este sentido: subrayan que la desigualdad y, en particular, aquella que afecta a la parte baja de la distribución del ingreso en una sociedad, tiene un impacto negativo sobre el crecimiento económico. Su impacto tiende a realimentarse mediante una baja inversión social, v. g. bajos niveles de educación (van der Weide y Milanovic 2014; Cingano 2014).
En efecto, la desigualdad determina la senda de crecimiento. De acuerdo con Bourguignon (2004), existe evidencia de que los patrones de bajo crecimiento económico se relacionan con la desigualdad y las instituciones débiles. Aunque también se argumenta que la inestabilidad política y el conflicto social, v. g. la violencia, son canales mediante los cuales la desigualdad estaría operando sobre la dinámica de actividad económica (Wilkinson y Pickett 2010).
Evidencia empírica y estimación econométrica
La presente hipótesis de causalidad envolvente –esto es, de relaciones simultáneas de causa y efecto– llevada al plano empírico muestra, en principio, la existencia de una correlación lineal entre variables, tal como se esperaría teóricamente. Los gráficos parciales de las principales variables prox y muestran resultados consistentes con esta línea de argumentación en el período 1990-2010 dentro de una perspectiva global:
Un aspecto a destacar en este conjunto de relaciones bivariadas –cuyo fin es medir el grado de asociación entre dos variables– es el hecho de que los países de ALC ocupan una posición influyente en el sentido y dirección de las correlaciones lineales analizadas. Considérese, por ejemplo, la relación entre desigualdad y violencia criminal que ilustra bien cómo los países de ALC, al ubicarse en los niveles medios y altos de dichos indicadores, alimentan la relación positiva entre desigualdad y violencia criminal en una visión agregada.
El caso de ALC es paradigmático. Los datos estadísticos de la UNODC muestran a la región subdivida en dos bloques en materia de violencia criminal, así como en dos vertientes de análisis. La primera se basa en información relativa a homicidios intencionales y la segunda añade una visión más amplia en términos delictivos mediante la incorporación de datos sobre secuestros, crímenes relacionados con drogas, violencia sexual, tráfico de personas, así como robos y asaltos, a partir del año 2003. Así pues, se encuentra en el primer bloque a los países centroamericanos y del Caribe, encabezados por El Salvador y Jamaica. Le siguen en importancia Guatemala, República Dominicana, Panamá y México. Por su parte, en el segundo bloque sobresalen Venezuela y Colombia, además de Brasil, aunque más distanciado. Si se considera la visión amplia de violencia (el conjunto de seis tipos de delitos), se observa cierta dilución entre los dos bloques, a pesar de que hay similitudes. Así por ejemplo, si bien México, Nicaragua, República Dominicana y Costa Rica –en ese orden– se mantienen en los primeros sitios, se observa que El Salvador ya no se encuentra liderando en la región: esta posición es ocupada por Argentina. 3
Procedimiento de estimación econométrica, muestra y variable
Este marco de análisis se ha llevado al plano de contrastación econométrica para conocer la relación entre desigualdad, interdependencia, instituciones y violencia criminal, así como su impacto en el crecimiento económico per cápita a nivel global en el período 1990-2010.
En el campo de la economía, los esfuerzos de contrastación teórica y empírica con una perspectiva dual –esto es exógena y endógena, y destacando la importancia de las instituciones– son relativamente recientes (Alonso 2007). Los estudios que ponen el acento en el crimen organizado, la violencia y su relación con el crecimiento económico no son ajenos a esta realidad. En este ámbito están los trabajos de Bourguignon (1999), Fajnzylber et al. (2002a y 2002b), Kelly (2000); Solimano (2004), ECLAC (2008), así como Ospina y Giménez (2009), entre otros. En el caso de los análisis referidos a la región latinoamericana, se destacan los trabajos de Londoño y Guerrero (1999), con su enfoque de componentes relativos a los costes económicos de la violencia urbana. Asimismo se ubica el estudio de Giménez (2007), el cual aborda el efecto de la violencia criminal en el crecimiento de la renta per cápita de ALC. Estos esfuerzos, sin embargo, presentan un marco analítico que no explicita de forma más integral los vínculos globales detrás de la violencia criminal.
El presente análisis utiliza el método de panel de datos dinámico: Método Generalizado de Momentos (MGM) del sistema propuesto por Arellano y Bover (1995), y por Blundell y Bond (1998), mediante el mecanismo de dos pasos (two step). Con este método, se busca mejorar la eficiencia de la estimación a partir de la incorporación de relaciones de causalidad por medio del uso de variables instrumentales. Esta técnica facilita un mejor tratamiento del problema de la endogeneidad en la estimación econométrica, la cual surge por varias causas. Entre ellas encontramos: i) simultaneidad en la determinación de relaciones causa y efecto; ii) existencia de variables omitidas que son relevantes en la estimación; iii) deficiente calidad de la información que nutre la muestra de datos utilizada, entre otras. La ventaja de este método es que permite construir un sistema de ecuaciones que facilita la incorporación de un mayor número de instrumentos, los cuales proporcionan una solución tentativa al problema de la endogeneidad. En este punto, los test de Sargan y Hansen son utilizados para comprobar la validez de los instrumentos.
La muestra se compone de 125 países, que incluye a países desarrollados y en desarrollo en el período 1990-2010. Se considera un panel de datos con una estructura temporal de siete períodos consecutivos basada en trienios. Lo que supone establecer promedios en las variables utilizadas en cada período. Esta elección es arbitraria, pero permite maximizar la muestra de datos disponible. En todo caso, el período elegido es pertinente ya que se sitúa en un momento de consolidación de la globalización y la creciente interdependencia de flujos, actores e instituciones en la economía internacional.
En cuanto a la especificación empírica del modelo, existen dos tipos de variables: endógenas y exógenas, así como un conjunto de variables proxy que buscan determinar la dinámica de crecimiento económico. En este sentido, se reconoce que la disponibilidad de datos actuales puede imponer limitaciones para corroborar la fiabilidad de la validación empírica. Sin embargo, y a sabiendas de lo anterior, también se considera que las estadísticas existentes pueden ayudar a mostrar tendencias que son importantes para el análisis político y académico. Así pues, con el fin de alcanzar el objetivo trazado, se ha intentado maximizar la información disponible para minimizar el sesgo en la regresión. A continuación, se ofrece una breve descripción de las diferentes variables utilizadas en nuestro modelo:
En lo que se refiere a la violencia criminal, se utiliza la media aritmética de seis actividades delincuenciales a nivel nacional, que adoptan la forma de un índice agregado. Las variables que lo integran son:
La muestra se conformó utilizando la encuesta de las Naciones Unidas sobre tendencias delictivas y el funcionamiento de los sistemas de justicia penal. Esta información se basa en el número de casos de delitos registrados por la Policía.
El nivel de integración en la economía mundial es captado mediante el índice KOF de globalización, que es una clasificación internacional de países basada en tres dimensiones: económica, social y política.
Las variables de gobernanza (corrupción y Estado de derecho) son obtenidas de los indicadores de gobernanza del Banco Mundial. Asimismo, se utilizaron indicadores de desarrollo económico y social provenientes del banco de datos del mismo organismo. Las variables de transferencias de armas se basan en el Stockholm International Peace Research Institute (2015). Finalmente la información sobre informalidad proviene de Alesina et al. (2003).
El modelo evalúa el impacto de la delincuencia y la violencia criminal en la tasa de crecimiento per cápita. El enfoque de la estimación es una extensión de la metodología de los modelos de crecimiento endógeno desarrollada por Barro y Sala-i-Martin (1991), donde la tasa de crecimiento depende del nivel inicial de ingreso per cápita, así como un vector de variables que determinan la dinámica del crecimiento económico. Es decir:
Donde Gi,t es la tasa de crecimiento del PIB per cápita de cada país i en el año t; Xi,t es el vector de variables independientes, que al mismo tiempo son los factores determinantes de la tasa de crecimiento de estado estacionario, y ai es el efecto fijo del país i. La especificación de nuestro modelo adopta la siguiente forma:
En donde la variable dependiente es: Gi,t, que es la tasa de crecimiento acumulada de la renta per cápita en el país i en el período t, Vi,t es la tasa de violencia criminal, medida por un índice agregado de actividades delictivas a nivel nacional obtenidos de UNODC, Ri,t, es el vector de variables vinculadas con las características específicas de las economías receptoras y que determinan el impacto de la delincuencia y la violencia, Ii,t es el vector de variables relativas a los factores institucionales que determinan el impacto de la violencia criminal en un entorno de crecimiento económico. Por último, X,i,t es un vector de otras variables explicativas del crecimiento, en tanto que, ei,t es el término residual. El cuadro 2 ofrece información más detallada acerca de las variables proxy utilizadas.
Esta estimación se enmarca en el contexto de la literatura sobre los determinantes de desarrollo de largo plazo, que resaltan el papel de las instituciones y su calidad, así como los aspectos históricos y geográficos (Alonso 2007). En este sentido, se asume que el crecimiento del PIB per cápita en un entorno de interdependencia y auge de la violencia criminal está determinado por el nivel y dinámica de la renta per cápita (gdppc), el grado de violencia criminal (icv), el nivel de desigualdad (Gini) y pobreza (povgap), la calidad institucional medida mediante un índice combinado del control de la corrupción y el Estado de derecho (ccrl), así como la libertad política y civil (pcfree). Así también, mediante las instituciones informales –aproximadas mediante índices de fragmentación étnica y lingüística, que son utilizados en la literatura especializada–, el grado de fiscalidad (tax) y la influencia de las rentas petroleras. Se incluye además el capital humano (hk), medido en términos de los niveles de educación nacional. Finalmente se incorporan al análisis variables interactivas (cuadro 3).
Las variables endógenas al modelo son el grado de fragmentación lingüística (flin) y el índice combinado de corrupción y Estado de derecho (ccrl). Entre las variables instrumentales y otras explicativas al modelo se ubican el grado de integración económica, política y social global (globi), el gasto militar (mili), la renta petrolera (oil), la dimensión de los mercados nacionales (cna) y regionales (creg), la pertenencia a los trópicos (trop) y/o a la región de ALC y el grado de emisiones de contaminantes (CO2).
Resultados de la estimación
Los resultados del modelo muestran lo siguiente (cuadro 3):
Técnicamente puede decirse que los resultados se enmarcan en un contexto de validez y pertinencia del modelo, una vez que los datos estadísticos analizados en las diferentes variantes del mismo cumplen con las condiciones requeridas en términos de validez y número de instrumentos, al igual que de autocorrelación. En una visión de conjunto, la tasa de crecimiento económico per cápita en las últimas dos décadas ha estado determinada principalmente por la senda previa de crecimiento económico de las economías nacionales y por la calidad del capital humano. Ambas variables no solo son positivas y estadísticamente significativas, sino que son piezas centrales dentro de la literatura especializada sobre el crecimiento económico. El resto de variables utilizadas resultaron estadísticamente no significativas, aunque ello no implica un pleno rechazo a las mismas, ya que hablamos de un entorno de relaciones de causalidad envolvente entre variables, en donde es difícil minimizar aspectos consustanciales al crecimiento, ya sean aspectos institucionales o geográficos. Otra razón que nutre este argumento es la orientación de los coeficientes en la mayoría de las variables y escenarios considerados, los cuales adoptaron el signo esperado de acuerdo con nuestro planteamiento teórico.
En un plano analítico, la estimación muestra un efecto negativo de la violencia criminal, la desigualdad, las tasas impositivas y el grado de informalidad sobre la dinámica de crecimiento de largo plazo. Lo anterior se corrobora mediante el uso de variables interactivas, las cuales indican un efecto adverso en la relación entre instituciones informales y violencia criminal sobre el crecimiento per cápita. Esta situación se extiende a la interrelación entre gasto militar y el grado de violencia criminal nacional. En este ámbito, la violencia criminal muestra una correlación con las diferentes fuerzas de inestabilidad de la economía mundial, que van aparejadas del debilitamiento institucional al interior del Estado, tal como sugiere Hobsbawm (2007).
Una variedad de aspectos alimenta dicha dinámica, por ejemplo: a) la carrera armamentista y su nueva cadena de suministro global; b) la disminución del tejido social y productivo en una amplia gama de países en desarrollo; c) la brecha ascendente entre las ganancias financieras globales y el crecimiento económico real per cápita; d) el aumento del consumo de drogas y las nuevas tendencias geopolíticas del sector, entre otros (UNODC 2011). Estos factores han delineado un nuevo marco global basado en una plataforma de pobreza y desigualdad, que promueve la inestabilidad social en diferentes grados e intensidades
Un aspecto a resaltar es el valor negativo que arroja el vínculo entre violencia criminal y la región latinoamericana. El valor es consistente en todos los escenarios propuestos y avalaría la idea del papel distorsionador que ha venido desempeñando la región en los últimos años en términos de violencia criminal en una escala global: uno de sus rostros, sin duda, la alta tasa de homicidios. La especialización internacional en materia de violencia y criminalidad, en buena medida, refleja las fuertes contradicciones institucionales que experimenta ALC –a pesar de su heterogeneidad– en su proceso de desarrollo y de inserción en la economía global.
Las variables con un papel positivo en la dinámica de crecimiento fueron el grado de integración nacional en la economía global, la importación de armamento, la tasa de pobreza, la renta petrolera, así como las libertades civiles y políticas.
En el plano político e institucional, además del papel negativo de las instituciones informales, se puede decir que no está del todo claro el efecto del compromiso con el Estado de derecho y la lucha contra la corrupción en la dinámica de crecimiento dado sus resultados ambivalentes en los escenarios considerados.
significativo al 10%.
significativo al 5%.
significativo al 1%.
Regresiones con datos en panel, sistema GMM, estimaciones en dos etapas, robusto, no constante.
Países: Kenia, Mauricio, Mozambique, Uganda, Zimbabue, Argelia, Egipto, Marruecos, Sudán, Botsuana, Lesoto, Suazilandia, Costa de Marfil, Guinea, Senegal, Sierra Leona, Bahamas, Barbados, República Dominicana, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Bermuda, Canadá, Estados Unidos, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenis - tán, Hong Kong, Japón, Mongolia, Corea del Sur, Brunéi, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Bangladesh, India, Maldivas, Nepal, Sri Lanka, Armenia, Azerbaiyán, Bahrein, Chipre, Georgia, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Territorios Palestinos, Omán, Catar, República Árabe Siria, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Yemen, Bielorrusia, Bulgaria, República Checa, Hungría, Polonia, República de Moldavia, Rumania, Federación Rusa, Eslovaquia, Ucrania, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Irlanda, Letonia, Lituania, Noruega, Suecia, Reino Unido (Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte, Escocia), Albania, Andorra, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Grecia, Italia, Malta, Montenegro, Portugal, Serbia, Eslovenia, España, Macedonia, Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Liechtenstein, Luxemburgo, Mónaco, Países Bajos, Suiza, Australia, Nueva Zelanda, Islas Salomón, Brasil, China, Venezuela.
Estimación GMM de sistema con errores estándar y covarianzas de White consistentes ante heteroscedasticidad, ajuste para muestras pequeñas, matriz de instrumentos colapsada y corrección de Windmeijer para muestras finitas. Ver Cuadro 2 para la descripción de las variables.
Elaboración propia.
A partir de lo anterior, existen las condiciones para realizar una valoración general sobre la estimación y del conjunto del artículo.
Conclusiones
Los resultados del presente análisis sientan un precedente en términos de nuestra argumentación, independientemente de que se requiere profundizar en el análisis global, regional y econométrico. Como es sabido, el crecimiento económico involucra un conjunto de relaciones complejas, influidas por efectos de endogeneidad en las variables que hacen de cualquier estimación econométrica una aproximación limitada del crecimiento dinámico. A esto se suma la calidad y oportunidad de muchos de los indicadores internacionales que nutren el análisis, los cuales se intuye, en buena medida, se encuentran subestimados, v. g. los registros oficiales de delitos en poder de la Policía. Esto hace de cualquier análisis cuantitativo y cualitativo una representación sesgada del fenómeno bajo estudio. En el presente caso, reconociendo esta limitante se ha buscado desvelar algunos de los canales de causalidad y los determinantes del crecimiento de largo plazo en un contexto global, al tiempo que se pone énfasis en el fenómeno de la violencia criminal. Con ello se ha permitido contextualizar los retos de desarrollo y seguridad de la región de ALC.
Entre los factores que acotan el crecimiento de largo plazo de esta región se destacan el avance de la violencia criminal, muy asociada con los niveles de desigualdad y el grado de informalidad. Tales vínculos ejemplifican la estrecha relación con la violencia política. En este marco, la debilidad impositiva regional ha generado entornos que limitan la calidad institucional formal: en particular, el combate a la corrupción y el fortalecimiento del Estado de derecho. De esta forma, escenarios de expansión económica y avances en materia de capital humano no representan mecanismos sostenidos de desarrollo, en tanto que no se abatan problemas clave en la estructura institucional. La cuestión, sin duda, es cómo desvincular estructuras institucionales nacionales que parecen subordinadas a las fuerzas negativas de la interdependencia. Parte de la respuesta transcurre por un fortalecimiento de la cooperación internacional en diferentes ámbitos de la política pública. Aunque ciertamente existen razones para suponer la existencia de determinaciones asociadas con un problema sistémico global.
En el presente artículo se destacan al menos tres aspectos de cara a lo analizado. En primer lugar, que la creación y el fortalecimiento de instituciones que fomentan la inclusión y el desarrollo en un mundo globalizado están condicionados por estructuras transnacionales (en buena medida jerárquicas), las cuales directa e indirectamente afectan ámbitos que reconfiguran el tejido institucional, social y productivo a escala nacional.
En segundo lugar, es importante no minimizar el componente de gobernanza interna, una vez que el control de la violencia criminal y la expansión de la eficacia del Estado de derecho son una tarea que involucra la generación de incentivos que faciliten la coherencia del sistema político y económico nacional. En este análisis, la interacción entre instituciones informales e formales parece ser una figura central en la determinación del control de la violencia criminal y el fomento de la cohesión social, así como para establecer un cauce virtuoso en la gobernanza doméstica.
Por último, se resalta la vertiente geopolítica y geoeconómica. En un marco como el descrito, el fortalecimiento del pacto social –como base para la mejora institucional– pasa necesariamente por diseños estratégicos en diferentes ámbitos de la política pública, con el fin de contrarrestar las fuerzas negativas de la interdependencia. Una mayor comprensión del proceso de cambio económico y creación de instituciones de tipo incluyente requiere indefectiblemente la incorporación al análisis del fenómeno de la dependencia recíproca global. La literatura más especializada en esta materia, si bien reconoce la interacción entre diferentes sociedades, no ha subrayado esta peculiaridad desde una perspectiva más integral. El artículo ha profundizado sobre este aspecto, partiendo de la base de que es esencial avanzar en el análisis institucional desde una perspectiva multidimensional en la cual se resalten factores estructurales y de interdependencia. Esta parece ser una condición necesaria para comprender de mejor forma las barreras de acceso a mayores niveles de desarrollo y seguridad de los países de ingreso medio y bajo, en los que se ubica la región de ALC
El hecho de resaltar entornos institucionales complejos que subrayen las relaciones entre interdependencia, instituciones y violencia criminal, así como su impacto en la 64 Rogelio Madrueño ÍCONOS 55 • 2016 • pp. 45-67 dossier economía a nivel agregado, es trascendental en términos de gobernanza y seguridad humana. El reto de hacer frente a las amenazas globales que afectan al planeta implica acotar el espacio de acción de segmentos institucionales (formales e informales), que alimentan comportamientos perversos en la creación de entornos institucionales inclusivos y la promoción del desarrollo nacional y humano. La evidencia empírica mostrada en este artículo es consecuente con esta idea, especialmente mediante la detección del impacto negativo de la violencia criminal en el crecimiento per cápita, así como de la estrecha relación entre instituciones, informalidad y desigualdad para explicar los determinantes de la senda de crecimiento de largo plazo. La importancia de la presente argumentación no es un asunto menor, ya que contribuye al debate sobre las conexiones existentes entre cambio institucional y violencia en entornos complejos: aspectos que pueden ayudar a dar luz sobre los mecanismos que nutren las raíces del conflicto político y social en el mundo contemporáneo
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Notas