Introducción
El objetivo de este artículo es comprender la postura oficial del diario Folha de S.Paulo en relación con la Operación Autolavado1 (OA), investigación llevada por la Policía Federal brasileña en conjunto con el Ministerio Público. Inicialmente se busca cuantificar el espacio en la sección de editoriales del periódico dedicado a la OA, o sea, la identificación de la agenda; a continuación, se busca entender cómo la OA fue retratada por el periódico durante sus dos primeros años (2014 y 2015). Se pretende, pues, llenar un espacio en la literatura: en general, los trabajos en el área de comunicación política discurren sobre un intervalo de tiempo más corto –medido en meses o trimestres, por ejemplo– y normalmente se refieren a períodos electorales. Pese a ello, generalmente se analiza portadas y noticias de la portada de los periódicos, sin que se destaquen los editoriales, que expresan oficialmente la opinión del periódico. Eso en un tiempo particularmente conturbado de la democracia brasileña que, además de haber pasado por una seria crisis económica y por la destitución de una presidenta,2 vio parte considerable de su élite política involucrada en escándalos de corrupción.
El tema de la corrupción ha sido ampliamente tratado por los medios de comunicación. Sin embargo, parece haber cierta selectividad en lo que se refiere a las instituciones y a las personas públicas que acaban por convertirse en foco de atención de los escándalos de corrupción: por un lado, los liderazgos populistas de América Latina fueron a menudo objeto de denuncias. Por otro lado, es notable la cuestión de la cobertura mediática de las elecciones en Brasil posperíodo dictatorial: se mostró, por ejemplo, que la corrupción como tema solo entraba definitivamente en la agenda de los periódicos desde 2006, tras la crisis de la llamada “Mensalão” (asignación mensual).3 Es decir que el tema no fue ampliamente explotado cuando en el poder se encontraban gobiernos de centro-derecha (Azevedo 2017). Así, es necesario analizar la forma en que la prensa trata la corrupción, con el fin de verificar posibles variaciones en su cobertura mediática.
Se resalta que este trabajo trata sobre la corrupción política que deriva de la superposición de intereses individuales a los intereses colectivos. La cuestión está ligada con la legitimidad de los sistemas políticos en las democracias modernas (Seligson 2002). Los casos de corrupción atraen la atención de los medios de comunicación y se convierten en parte de su agenda, que a su vez influye en la agenda del público (Chaia 2000). Su cobertura puede llevar al entendimiento de que la corrupción es algo innato al Estado, a la política y, en última instancia, a la democracia (Filgueiras 2009). Así, si la calidad de la democracia es una preocupación, el retrato de la corrupción y la constitución de “escándalos” de corrupción necesitan ser debidamente analizados. Sin embargo, cabe señalar que, a pesar de reconocer aquí los efectos de la agenda de los medios en la agenda del público (McCombs 2009), escapa al alcance de este trabajo evaluar esos efectos.
Se busca contestar la siguiente pregunta: ¿cómo la OA es retratada por el diario Folha de S.Paulo? Para responderla, inicialmente se analizará la frecuencia del tema en la agenda de opinión del periódico. A continuación, se examinará los marcos utilizados por el periódico en sus editoriales, siguiendo a Azevedo (2004), Rothberg (2007) y Porto (2004). Con el fin de responder estas cuestiones, se analizará el material empírico compuesto por los editoriales publicados durante los dos primeros años de la OA. Se busca a) analizar cómo se da la caracterización de la operación y de los principales actores relacionados con ella; y b) verificar si hubo variaciones en esta caracterización durante el período. Adicionalmente los editoriales también serán categorizados de acuerdo con una lista de temas previamente definida (desglosada a continuación).
La segunda fase del análisis comprenderá tanto la caracterización de la OA por el diario Folha de S.Paulo como la formación de la imagen de los actores. El enfoque metodológico que se utilizará es el análisis de encuadramiento. Dada la amplitud del concepto de encuadramiento, en este trabajo se parte de la definición que implica, fundamentalmente, seleccionar y resaltar determinados aspectos de los hechos noticiados, con miras a incentivar determinadas formas de abordaje y evaluación del objeto en cuestión (Entman 1993).
Por último, conviene resaltar la relevancia del objeto de estudio. En un contexto de crisis institucional, dado el protagonismo –y el desgaste– de las diversas instituciones, es fundamental entender el papel que los medios desempeñan en ese equilibrio de fuerzas. Así, se pretende colaborar para la comprensión de la función ejercida por los medios, un actor crucial de la vida política contemporánea.
Medios de comunicación y encuadramiento de la política
Aunque descuidados durante gran parte del siglo XX, los medios se ven ahora como un elemento fundamental para la vida política (Miguel 2002). En Brasil, la relevancia de la comunicación política como campo de estudio también se justifica por otro factor que se refiere a la elevada concentración de la propiedad de los periódicos (y de los medios de comunicación en general): cerca del 90% de los medios brasileños es controlado por 15 grupos familiares. Además, las tres familias que controlan los tres mayores periódicos4 son propietarias de canales de televisión, editoriales, portales en línea, entre otros (Azevedo 2006). En el caso brasileño, la importancia de los medios impresos se da principalmente en función de su consumo por los llamados “formadores de opinión” y de su capacidad de pautar la agenda de otros medios de comunicación, a ejemplo de la televisión (Azevedo 2017; Mundim 2010).
La relevancia de entender la actuación de la prensa se da porque, en contextos de democracia de masas (McCombs y Shaw 1972; McCombs 2009), existe una relación directa entre los temas subrayados por los medios y la agenda del público. Los medios de comunicación son responsables de hacer públicos los acontecimientos políticos e influir a partir del proceso de selección y énfasis en atributos específicos, en la preferencia política y electoral de la ciudadanía, ya que son auxiliares en la construcción de la imagen de actores políticos (McCombs y Shaw 1972). El concepto de agenda- setting en torno al cual se articula este trabajo surge durante la década de 1970, contrario a evidencias anteriores que sugerían que la influencia de los medios sobre la ciudadanía era pequeña (McCombs y Shaw 1972).
Los medios, a través de selección y énfasis en determinados temas, los insertan en el imaginario del público ofreciéndole los sustratos de su pensamiento y deliberación; sin embargo, un segundo nivel contempla la perspectiva del encuadramiento. Por medio de éste, los medios adoptan determinados puntos de vista y ejercen la valoración de específicos atributos, sugiriendo también cómo tales sustratos deben ser pensados (Azevedo 2004). El enfoque de este trabajo es esta segunda perspectiva.
La programación provoca una especie de control de la realidad. Este argumento encuentra un paralelo en el concepto de pseudo-ambiente (Lippmann [1922] 2008), es decir, un ambiente forjado por la propagación de informaciones y situado entre los individuos y el ambiente real. A partir de esta base teórica, es posible entender ciertas situaciones en que eventos y/o individuos pasan a formar parte de la agenda mediática cuando los medios pretenden crear un movimiento de conmoción nacional. Se crea un ciclo de atención sobre determinado asunto para que éste pase a formar parte de la agenda pública (McCombs 2009). Visto desde esta perspectiva, los medios no son solo vehículo de información: son agentes activos en el proceso social y posiblemente orientadores de eventos y movilizaciones.
En ese sentido, la noción de encuadramiento es fértil para que se comprenda los modos por los cuales los medios actúan sobre el imaginario del público. Bateson (1972) lo articula a partir del campo de la biología y Goffman (1986) sistematiza el concepto que luego pasa a ser ampliamente usado en las ciencias sociales. Para los autores, encuadrar implica, principalmente, seleccionar y resaltar determinados aspectos de los hechos noticiados, con miras a incentivar determinadas formas de abordaje y evaluación del objeto en cuestión. De esta forma, el encuadramiento es un recurso que emplea prácticas específicas (selección, énfasis, entre otras) para que se efectúe la organización del discurso (Porto 2004). Reese complementa esta definición sugiriendo que el enfoque del análisis de encuadres debe justamente recaer sobre la forma en que se promueve la delimitación de un problema: para él, el encuadramiento “abre espacio para la interpretación, captura un proceso más dinámico de negociar el proceso significado, y realza las relaciones dentro del discurso” (Reese 2007, 152, traducción nuestra).
Hay, además, dos categorías de encuadramiento: noticiero e interpretativo. El encuadramiento noticioso es deliberadamente utilizado por los profesionales de la comunicación para presentar, seleccionar y enfatizar hechos durante el proceso de producción de las noticias. El encuadramiento interpretativo es un patrón de interpretación de la realidad, es decir, trae consigo un instrumento para que se evalúe temas y eventos. Adicionalmente, el encuadramiento interpretativo permite que se busque, incluso, investigar sobre causas y soluciones de problemas. A pesar de ser un estándar reforzado por profesionales de la comunicación, su elaboración se da por actores políticos y sociales (Porto 2004). Los análisis en este trabajo hacen uso de este segundo concepto de encuadramiento.
El estudio de encuadramiento implica, así, “verificar cómo los atributos definen la estructura narrativa de la materia y configuran la imagen del objeto descrito por la materia” (Azevedo 2004, 58, traducción nuestra). En general, el análisis de los atributos se hace considerando la frase o el párrafo como unidad de análisis y a partir de ese procedimiento se evalúa cómo la materia analizada configura la imagen de su objeto (Azevedo 2004, 58). En cuanto al marco interpretativo, “un paso importante es la identificación de las interpretaciones que se presentan sobre los principales eventos y temas políticos” (Porto 2004, 19, traducción nuestra). De esta forma, el proceso político puede ser considerado una disputa para hacer valer determinada interpretación de la realidad. Por lo tanto, teniendo en cuenta la disputa en lo que se refiere a la formación de la imagen, el análisis de encuadramiento es una metodología adecuada, ya que permite aclarar el proceso por medio del cual se da esa formación.
Un estudio de Tversky y Kahneman (1981) evidencia el poder del encuadramiento. Los autores mostraron cómo el acto de relevar ciertos aspectos de un problema influye en la toma de decisión por parte del público. A un grupo de estudiantes universitarios se aplicó la siguiente cuestión:
Imagine que Estados Unidos se está preparando para un brote de una inusual enfermedad asiática, que supuestamente matará a 600 personas. Se propuso dos programas alternativos para combatir la enfermedad. Supongamos que la estimación científica exacta de las consecuencias de los programas es la siguiente: si se adopta el Programa A, 200 personas serán salvadas; si el Programa B es adoptado, hay 1/3 de probabilidad de que 600 personas se salven, y 2/3 de probabilidad de que nadie sobreviva (Tversky y Kahneman 1981, 453, traducción nuestra).
Ante estas posibilidades, el 72% de los encuestados eligió el Programa A, mientras que el 28% de ellos eligió el Programa B. A continuación, una nueva formulación del problema se presentó a otro grupo:
Si se adopta el Programa C, 400 personas morirán; si el Programa D es adoptado, hay 1/3 de probabilidad de que nadie muera, y 2/3 de probabilidad de que 600 personas no sobrevivan (Tversky y Kahneman 1981, 453, traducción nuestra).
En este caso, el Programa C fue elegido por el 22% de los entrevistados y el Programa D fue elegido por el 78% de ellos. Así que la mera reformulación del problema para enfocar posibles pérdidas (por oposición a las ganancias, en el caso de los programas A y B) hizo que los individuos presentaran un comportamiento de toma de riesgo, mientras que en la primera formulación el comportamiento fue pautado por la aversión al riesgo. En otros términos, el encuadramiento del problema subrayó determinados aspectos para estimular de diferente manera la racionalidad de los entrevistados. Así, a pesar de que las probabilidades son idénticas en las dos formulaciones, el realce de elementos distintos llevó a los individuos a tomar decisiones distintas.
Este ejemplo de la acción de los encuadramientos debe ayudar a ilustrar cómo los medios de comunicación son (y seguirán siendo) un elemento fundamental para la política contemporánea. Solo por medio de ellos los sujetos pueden acceder a los eventos y debates de la vida pública corriente, que ya no se restringe a una élite selecta. Como sostiene Miguel (2002): “Los medios son un factor central de la vida política contemporánea y [...] no es posible cambiar este hecho” (15, traducción nuestra). Así, también es fundamental analizar la forma por la cual esa mediación actúa sobre la sociedad.
En resumen, los medios representan un “canal de entrada” para el estudio del ideario de la sociedad contemporánea, ya que ésta es invariablemente influenciada primero. Además, la importancia de la comunicación es reconocida por autores de variadas matrices teóricas y/o de otros campos del conocimiento: en la vertiente del pluralismo, por ejemplo, Dahl (2005) coloca la libertad de expresión y de fuentes de información como fundamentales para su propuesta de democracia; en la sociología, Bourdieu (1998) llama la atención sobre los efectos sociales de la mediación; y finalmente, la teoría social de Habermas (1981) se asienta en el propio campo de la comunicación.
Agenda y corrupción política
La neutralidad y objetividad como pautas del quehacer periodístico deben ser entendidas teniendo en cuenta la agenda de los medios de comunicación, que está formada por un conjunto de temas seleccionados por criterios específicos de relevancia: es por medio de esos criterios que se decide qué noticias, personajes y actores políticos recibirán visibilidad (Miguel y Biroli 2010). Así, los medios, “al seleccionar determinados asuntos e ignorar otros, definen cuáles son los temas, acontecimientos y actores (objetos) relevantes para la noticia”, ya que el espacio de los medios de comunicación, específicamente de los periódicos, es limitado; de esta forma, “al enfatizar determinados temas, acontecimientos y actores sobre otros [los medios] se establece una escala de prominencias entre esos objetos” (Azevedo 2004, 52, traducción nuestra).
Según McCombs y Shaw (1972) y McCombs (2009), en una democracia de masas, los medios de comunicación seleccionan determinados objetos en detrimento de otros, pautando así la agenda del público en un proceso denominado agenda-setting. Los efectos de la agenda-setting de los medios no son unilaterales y, para un análisis de la agenda del público, deben considerarse otras variables, por ejemplo el ambiente. Sin embargo, la máxima de que los medios de comunicación son eficaces en decir al público acerca de qué pensar, es una premisa que pauta los estudios sobre la influencia de los medios.
Hay una necesidad innata de entender el ambiente que nos envuelve. La transferencia de temas de la agenda de medios para la opinión pública se da en esa necesidad. Esta transferencia no es directa y deben ser considerados dos elementos fundamentales: relevancia e incertidumbre (McCombs 2009). La relevancia es la condición que define inicialmente la necesidad de orientación, que puede variar de acuerdo con grupos sociales, ambiente y entre otros, y es directamente proporcional a la necesidad de orientación. Cuando el grado de relevancia del asunto es bajo, la necesidad de orientación es baja. La incertidumbre, a su vez, está ligada con el grado de relevancia y la necesidad de orientación. Un factor de incertidumbre aumenta sobre sí el grado de relevancia y lleva a las personas a buscar mayores informaciones.
A partir de estas dos condiciones, los asuntos de la agenda de los medios se dividen en intrusivos y no intrusivos. Por cuestiones intrusivas, se entiende todo y cualquier asunto que forma parte y/o se construye de forma directa. Por ejemplo, nadie necesita leer la sección de economía del periódico para saber que aumentó el precio del arroz; esa información se obtiene en la experiencia personal. Los asuntos no intrusivos son aquellos que están fuera de nuestra convivencia y experiencia personal (McCombs 2009). En el caso del período electoral, hay mayor la necesidad de información política, aunque sea mínima, porque primero se trata de un período de incertidumbre y porque, de forma general, es un asunto no intrusivo, o sea, que requiere mediación.
Existen mecanismos mediáticos para promover un asunto, siendo éste de relevancia excepcional o no. Se crea un ciclo de atención sobre el tema para que se convierta en parte de la agenda de la agenda pública (McCombs 2009). Bajo esta perspectiva, los medios no son solo un simple medio de relatos sino de conducción de eventos y situaciones en el mundo real. La teoría del “escándalo” (Thompson 2002) camina en ese sentido.
Para que determinado tema reciba ese estatus, necesariamente necesita recibir atención permanente de los medios de comunicación, forma por la cual se hace público (Chaia y Teixeira 2001; Filgueiras 2009; Thompson 2002). En estos casos, se adopta una narrativa episódica y secuencial (similar a la de los folletines) donde es posible identificar las fases de la “historia” –el auge y el giro, por ejemplo– y los principales personajes que componen la trama. Este formato es tradicional en vehículos de entretenimiento dedicados a celebridades, pero también se explora en la cobertura de casos de corrupción política.
Esta cuestión choca con el ya mencionado alineamiento histórico con sectores conservadores y en la máxima de un periodismo orientado por la lógica normativa que ve a la prensa como watchdog –el “perro guardián”– que vigila el bien público contra las malas intenciones privadas. La “campaña anticorrupción”, protagonizada en los últimos años por los medios de comunicación, parece ser pautada por ese discurso de la ética y de la moral (Aldé et al. 2007). Ejemplo de ello es el caso de la acción penal 470 –apodada mensalão– que fue explotada mediáticamente desde las primeras denuncias en 2005 y cuyo desarrollo fue acompañado sistemáticamente por los medios de comunicación. Se mostró, así, que el mensalão y la crisis política fueron los temas principales de la cobertura de la prensa en los años 2005 y 2006 (Biroli y Mantovani 2014; Azevedo 2009) y principal tema de las campañas electorales de los candidatos de oposición al gobierno federal y al candidato a la reelección, el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva.5
El caso explorado en este trabajo, por lo tanto, encuentra paralelo en una serie de estudios recientes sobre la cobertura mediática de la corrupción. La OA entró en la agenda de los medios en 2015, fue explotada secuencialmente por más de un año, contribuyó al descrédito estatal, del gobierno federal y del Partido de los Trabajadores (PT), y parece haber sido uno de los motivos que suscitaron una serie de manifestaciones públicas (Galvão y Tatagiba 2017).
La OA en la agenda de Folha de S.Paulo
Para atender a los objetivos propuestos, el material empírico a ser utilizado está compuesto por los editoriales de Folha de S.Paulo. En 2014 se publicaron 570 editoriales entre el 17 de marzo y el 31 de diciembre. En 2015 se publicaron 716 editoriales. El gráfico 1 muestra el número porcentual (por período trimestral) de editoriales sobre la operación.6
Gráfico 1.Porcentaje de editoriales sobre la OA en relación con
el total de editoriales publicados
Elaboración propia.
Se observa, a partir de estos datos, que la OA ocupó un espacio considerablemente mayor en la agenda de opinión del diario Folha de S.Paulo en 2015: si en 2014 menos del 1% de los editoriales trataron la investigación, cerca del 4% de los editoriales de 2015 la tenían por tema principal. Así, a partir de marzo de 2015, la OA entró definitivamente en la agenda de opinión del periódico. En 2015, por ejemplo, Folha de S.Paulo publicó en promedio un editorial cada 15 días sobre la OA.
Entre el 3 y el 9 de marzo de 2015, se publicaron tres editoriales sobre la OA. El primero de ellos fue publicado en vísperas de la divulgación de la llamada “lista de Janot”: al final de ese mismo día, el procurador general de la República, Rodrigo Janot, enviaría al Tribunal Superior Federal (STF, por sus siglas en portugués) una lista de sospechosos de estar involucrados con el esquema de corrupción en Petrobras. El titular de ese día traía la afirmación de Janot, de que “quien tenga que pagar va a pagar”. Además, acompañaba al titular una gran foto del procurador sosteniendo un cartel, escrito por partidarios, en el que se leía “Janot es la esperanza de Brasil”. Parece haber comenzado así una campaña en defensa de los órganos de control que –al menos por ahora– no parecen ser objeto de cuestionamientos por parte del periódico. Aún digna de mención es la afirmación jocosa de Janot de que “si tengo que ser investigado, me investigo”. La broma remite al clásico problema de la accountability de los órganos de control, que en el futuro serían recordados por aquellos que se oponían a las investigaciones, bajo la alegación de la parcialidad de la OA.
El segundo grupo de editoriales sobre la OA se da entre los días 17 y 30 de abril de 2015. El 16 de abril, el titular de Folha de S.Paulo señalaba: “PF arresta a Vaccari, tesorero del PT”, junto con una foto del tesorero esposado. El 20 de abril, la principal noticia de la portada decía que “PT teme multa millonaria por desvíos en Petrobras”. Empieza el énfasis del periódico en el PT, que será más evidente a continuación cuando se exponen los datos de los actores citados en los editoriales.
En julio de 2015 es cuando más editoriales sobre la OA fueron divulgados: más de un editorial por semana fue publicado durante ese período, que fue particularmente conturbado y marcó el recrudecimiento de la crisis política. Así, el 3 de julio, el titular afirmó que “Doleiro7 lanza nueva sospecha sobre el comité de Dilma”; según la noticia, un delator decía haber sido buscado por la campaña de la presidenta para traer recursos del exterior, con la finalidad de financiar la campaña. El 8 de julio, la portada del diario registraba que “Para la oposición, Dilma intenta inhibir la acción de tribunales”; el día 17, el titular da la tónica del desarrollo que se verificará en los próximos meses: “Delator dice haber pagado 5 millones de dólares a Cunha,8 que rompe con el gobierno”.
Se inicia así la fase de fricción constante entre el Gobierno y el Congreso Nacional, ya que el principal partido del bloque de la situación pasa a la oposición. Así, el 5 de agosto el diario informaba que Cunha ya inauguraba, con la oposición al Gobierno, los tratados que harían avanzar un pedido de impeachment a la presidenta.
En el plano económico, se anunciaba el 30 de julio que el Banco Central aumentaría –por séptima vez al año– la tasa de interés, con el fin de inhibir el aumento de la inflación. Con las actividades económicas ya a la baja, el anuncio era una más de las señales que apuntaban a una actuación económica no heterodoxa (como fuera en el primer Gobierno de Rousseff), y era también preludio de un período de fuerte recesión, probablemente agravada por medidas cíclicas.
El último bloque trimestral de editoriales acompañó la profundización aún mayor de la crisis institucional. El 21 de octubre, Eduardo Cunha recibía el pedido de impeachment que, meses después, integraría el proceso que culminó en la separación de Rousseff de la Presidencia. El 26 de noviembre, el titular de Folha de S.Paulo señalaba que el entonces líder del gobierno en el Senado, Delcidio del
Amaral (Partido de los Trabajadores, Mato Grosso do Sul), era arrestado por el STF, acusado de intentar obstruir las investigaciones de la OA. Era la primera vez, desde la redemocratización de Brasil, que un senador era preso en el ejercicio de mandato. Días después, el 8 de diciembre, el entonces vicepresidente Michel Temer del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB)9 era el tema del titular: “En carta, Temer acusa a Dilma de mentir y sabotear el PMDB”. La carta de Temer marca el desgaste completo (y, al que se vería, ineludible) del gobierno. Se resalta que el propio periódico reconocía, en el titular del 3 de diciembre, que Cunha aceptaba el pedido porque diputados del PT habían decidido autorizar el proceso que finalmente lo castigaría.
Frecuencia de los actores
En relación con los actores políticos, se identificará los partidos citados con mayor frecuencia en los editoriales y los liderazgos que ocupan o no cargos. En relación con los actores del sector privado, se identificará los empresarios y las empresas citados con mayor frecuencia; por último, se identificará los actores participantes de la OA que se destacan en los editoriales, tales como las policías, el Ministerio Público, los diversos tribunales, fiscales, jueces, entre otros. Resumidos en la tabla:
Tabla 1.Identificación de los actores señalados por el diario Folha de S.Paulo
Elaboración propia.
La tabla 210 a continuación muestra los datos relativos a la frecuencia de los actores mencionados en los editoriales, también considerando el período trimestral, según lo hecho en la sección anterior. Dado que a menudo se mencionan varios actores, pero solo uno o dos de ellos de forma enfática, la tabla muestra únicamente el(los) individuo( s) central(es) de cada editorial. Se resalta que, por ahora, nada se dice sobre el contenido de la mención a los actores, que puede ser positiva o negativa.
Mientras que en las editoriales que tienen por tema principal políticos individuales, se destaca la aparición de Lula: de esos 11 editoriales, tres están enfocados en el expresidente. Lula aún aparece en otro editorial, el cual también se enfoca en el entonces diputado Eduardo Cunha. La expresidenta Dilma aparece en otros dos editoriales. Cabe señalar que, aun teniendo en cuenta el período 2014-2015, todavía no había pruebas sobre la implicación de Lula en el esquema de corrupción.
En lo que se refiere a las empresas investigadas, Petrobras se destaca en los editoriales: de cinco que tratan el tema, Petrobras es el blanco de cuatro de ellos. El sector privado, por lo tanto, sigue siendo el gran ausente, así como lo son los empresarios: solo un editorial menciona a Ricardo Pessoa, de la empresa UTC, que posteriormente fue condenado a prisión.
Los actores que más sobresalen, sin embargo, son los de los órganos de control: del total de 32 editoriales, 19 mencionan las instituciones de control y 10 mencionan individuos específicos de esas instituciones. De las 10 menciones a individuos, cuatro se refieren a Rodrigo Janot, el procurador general. Otras tres menciones se refieren a Sérgio Moro, juez federal de Paraná, donde se iniciaron las investigaciones de la OA. Como veremos en la sección sobre análisis de encuadramiento, los órganos de control –y los individuos que los encarnan y los hacen más cercanos a la población– son a menudo laureados por su actuación.
Tabla 2. Actores en los editoriales
Elaboración propia.
Encuadramiento
Para utilizar el concepto de encuadramiento se utiliza el abordaje de la matriz de firma (Gamson y Modigliani 1989). El material, compuesto por los editoriales, será clasificado de acuerdo con palabras clave establecidas después de la lectura, como indica la literatura. Las palabras clave son los elementos que resumen el argumento central del texto. A continuación, los editoriales serán analizados por medio del método de los grupos interpretativos, que son cuadros de referencia a partir de los cuales los individuos perciben y comprenden los hechos de la realidad y atribuyen sentidos a ellos. En otros términos, los grupos interpretativos revelan una idea central a partir de la cual el texto ofrece cierta interpretación de los hechos (Azevedo 2004; Porto 2004; Gamson y Modigliani 1989).
Se pretende, así, a) observar si la OA y sus varios actores fueron encuadrados de forma positiva, negativa o neutra en cada uno de los editoriales analizados; y b) identificar los elementos (palabras clave) a partir de los cuales se realizaron dichos encuadres. El análisis de los encuadres asociados con la identificación del contexto político permitirá que se haga un estudio del ambiente, es decir, que se tengan en cuenta los encuadres como respuesta al medio, por un lado, y como influyente en este mismo medio, por otro. Se evita, de esta manera, que los textos mediáticos sean vistos como cuerpos reificados, como si no fueran responsables al medio y a los cambios sociales (Reese 2007).
La tabla 3 trae la matriz de firma construida con base en la lectura previa de los editoriales. Son cuatro grupos interpretativos principales que tratan del tema de la OA: “punición rigurosa”; “madurez de las instituciones”; “aparición del Estado”; y “abuso de autoridades”. El primer grupo dispone que la mejor forma de combatir la corrupción es mediante un castigo riguroso; el segundo afirma que las investigaciones en curso revelan la madurez de las instituciones brasileñas, que en otro tiempo eran disfuncionales y no cumplían con su papel; el tercero se refiere principalmente a la actuación de políticos, que actúan de forma egoísta y desconsideran la cosa pública; por último, el cuarto grupo trae cuestionamientos acerca de la actuación de las instituciones de control. La tabla 4 muestra el grupo interpretativo principal de cada editorial.
Tabla 3. Matriz de firma de los principales grupos interpretativos identificados
Elaboración propia.
Veamos ejemplos de editoriales que traen los grupos descritos. El primer editorial publicado por Folha de S.Paulo acerca de la investigación anticipa ideas que serán expresadas con mayor vigor en los editoriales siguientes. El artículo trata de una interceptación, hecha por la Policía Federal, de una llamada telefónica entre el entonces diputado André Vargas y Alberto Youssef, figura que pronto se convertirá en protagonista de las investigaciones en cuestión. Se ve un fragmento del editorial, cuyo título es “Sucia a jato”:
[…] [fue] André Vargas (PT-PR), quien ocupó el noticiero con señales de no descuidar la defensa de los propios intereses.
Un viaje de vacaciones a João Pessoa puede ser agradable, e incluso merecido, a menos que se piense, tal vez, en el ritmo poco exigente de trabajo en el Legislativo.
El problema estaba en el precio de los pasajes aéreos. El diputado llamó entonces a un conocido suyo, preguntándose si sabía de alguien que poseía un avión.
Una pequeña limpieza serviría. El interlocutor de Vargas no creyó en la coincidencia. ¿No es que él mismo tenía un avión capaz de atender al diputado?
El avión privado fue puesto a disposición del vicepresidente de la Cámara al día siguiente. A las 6:30 partió de Londrina hacia João Pessoa.
Tabla 4.Paquetes interpretativos asociados con los editoriales
Elaboración propia.
[Nada cambiaría sino fuera por la Policía Federal, que interceptó la conversación entre el diputado y el dueño del avión, que no era nadie menos que Alberto Youssef, un carpintero investigado por operaciones de lavado de dinero (Folha de S.Paulo, 4 de abril de 2014, traducción nuestra).
Así, el editorial asume que hay promiscuidad en la relación entre el diputado y Alberto Youssef, e imputa –sin énfasis– a la Policía Federal el carácter de defensora de una deseable rectitud en la política.
El siguiente editorial es aún más representativo de las páginas de opinión de Folha de S.Paulo, ya que presenta la idea central expresada por la gran mayoría de los editoriales siguientes: la idea de que “el castigo riguroso es esencial”. Es ese el grupo interpretativo del editorial “Competencia y prisa”, publicado el 21 de mayo de 2014, que trata de la liberación, por parte del entonces ministro del STF Teori Zavascki, de reos de la operación que estaban con prisión preventiva. En el caso de la investigación que tenía por reos individuos con privilegio de fuero (y que por eso solo podrían ser juzgados por el STF), Zavascki efectuó la suspensión de órdenes de captura:
[...] En cualquier caso, no se observó, en la Operación Autolavado, la debida remisión de los procesos al STF. El ministro Teorí Zavascki, ordenado por el abogado de uno de los acusados, determinó que las ocho acciones penales relativas al caso fueran remitidas al tribunal. Hasta que hubiera deliberación sobre el asunto, se suspenden las encuestas y todos los mandatos de prisión hasta allí expedidos.
Es en ese punto que la decisión del ministro se mostró equivocada.
En un oficio enviado al Supremo, el juez federal de la primera instancia dijo que había dispuesto la liberación de Paulo Roberto Costa, exdirector de Petrobras. Con sensatez, ponderó, sin embargo, que los demás investigados mantienen conexiones y detienen recursos que facilitarían una eventual fuga del país. Al mismo tiempo, alertó sobre la implicación de algunos de los presos con el tráfico internacional de drogas.
Ante las consideraciones, Zavascki volvió atrás y mantuvo las órdenes de prisión contra 11 investigados. “Sin conocer [los casos], no quiero tomar decisiones precipitadas”, afirmó este martes (20), de forma extemporánea.
Si hubiera pensado antes, el ministro habría evitado las restricciones innecesarias (Folha de S.Paulo, 21 de mayo de 2014, traducción nuestra).
Es notable, así, que no hay mayor atención, por parte del editorial, al proceso legal: no se justifica legalmente por qué la decisión del ministro “se mostró equivocada”. Además, el otro juez, que argumentó contrariamente a Zavascki, lo hizo “con sensatez”, calificación que posiblemente rodea el debate legal relativo a las prisiones y atribuye moralidad positiva al juez. Es decir que, pese a que haya habido una argumentación legal en defensa de la prisión preventiva por parte del juez, el editorial no dice nada sobre ello y recurre a la “sensatez” del magistrado para calificar su decisión.
Las “restricciones innecesarias” a las que se prestó el ministro también se dieron no por una hipotética desatención al proceso legal, pero supuestamente porque no disponía de las “ponderaciones sensatas” como el juez. Esto sugiere que Folha de S.Paulo aprecia enormemente el castigo de involucrados en casos de corrupción, aunque ese castigo implique alterar el procedimiento legal.
En el caso de la criminalidad desarrollada “de forma habitual”, éstas se refieren positivamente a la idea de “ciclo delirio”, postulada por el juez Sérgio Moro: en lo que se refiere a la delincuencia desarrollada “de forma habitual”, tal prisión se justificaría para interrumpir el “ciclo delirio”. El propio título del editorial, “Ciclo delirio”, puede ser considerado como una realización de lo que Bourdieu (1987) llama efecto de desconocimiento: hay ahí la falsedad de un término que puede fácilmente ser asociado con el lenguaje jurídico, lo que le confiere un sentido carácter de incorruptibilidad y posiblemente legitima el acto de la prisión preventiva.
Junto a la idea del “castigo riguroso”, es visible en diversos editoriales el grupo interpretativo de la “madurez de las instituciones”. En ese sentido, si las circunstancias de denuncias de corrupción en Petrobras “provocan inevitable desaliento, por lo que revelan sobre el tamaño del asalto a las arcas públicas, también dejan confiados a los ciudadanos que apuestan por la madurez de las instituciones brasileñas. Después del juicio del “mensalão”, ya no se afirma con facilidad que solo los más pobres sienten la dureza de la ley” (Folha de S.Paulo, 1 de febrero de 2015). Así, “Congreso Nacional, Poder Ejecutivo, partidos políticos, empresas privadas y, por supuesto, Petrobras” son algunas de las instituciones “sobre las cuales la OA lanza varios y malos compuestos de limpieza” (Folha de S.Paulo, 9 de marzo de 2015).
Otro ángulo bajo el cual se ve el “castigo riguroso” tiene que ver con aspectos económicos de las investigaciones: para Folha de S.Paulo, “bordea el escarnio” la idea de que no se podría castigar a empresas corruptoras a causa de un posible impacto financiero negativo en la economía. “Nada más evidente”, dice el editorial del 3 de diciembre de 2014, concordando con un funcionario público que afirma que “si creamos un ambiente en que grandes empresas no van a ser necesariamente castigadas porque tendría un impacto en la economía, sería un incentivo para mantener esas conductas”. A pesar de que tal concepción de castigo puede ser razonable por sí, es necesario entenderla en conjunto con otras posiciones del periódico para que se tenga noción de sus implicaciones: así, en editorial sobre economía publicado el 3 de abril de 2017, leemos que: “Privatizaciones son hoy más esenciales que nunca para reactivar las inversiones en infraestructura, fulminados por la ruina presupuestaria del gobierno y por el impacto de la Operación Autolavado sobre grandes contratistas” (Folha de S.Paulo, 3 de abril de 2017, traducción nuestra).
Otro grupo interpretativo empleado por Folha de S.Paulo es que “el Gobierno está separado del Estado”, es decir, actúa de forma que se beneficia política y financieramente de entidades públicas. Así, en el editorial de 17 de octubre de 2015, Folha de S.Paulo planteaba que “se conduce obscenas negociaciones para proteger a quien se siente amenazado por la OA”; [...] a título de propina” (Folha de S.Paulo, 17 de octubre de 2015).
Conclusión
Se observa que la Operación Autolavado entró definitivamente a la agenda del diario Folha de S.Paulo en el segundo trimestre de 2015 con aumento de la frecuencia de editoriales dedicados a esa operación y a sus desdoblamientos. Esta exposición secuencial es uno de los criterios clave utilizados por Thompson (2002). Para la definición del escándalo mediático: su carácter abierto –es decir, las incertidumbres relativas a quién o a qué tipos de actos transgresivos se cometieron– atrae el interés del público y permite que se acompañe el caso por largo período de tiempo.
Algunas conclusiones preliminares pueden ser tomadas a partir de esos datos: primero, es notable la manera en que políticos son retratados como agentes con intereses personales e inclinados al fraude. Este retrato tiene su contraparte en la defensa de individuos e instituciones de control, que son vistos como benefactores y republicanos. Esta combinación remite al arraigo del autoritarismo en Brasil: el contenido normativo de los editoriales ve la solución fuera de la política, es decir, como perteneciente a la esfera policial, que sí tendría propósitos verdaderos y no conectados con las aspiraciones individuales.
De los 31 editoriales, nueve tenían como clave de lectura la “utilización del Estado”; siete se basaban en el “castigo riguroso”; ocho trataban de la cuestión de la “madurez de las instituciones”; y solo dos trataban del “abuso de autoridades”. El grupo de la “madurez de las instituciones”, también ampliamente movilizado, viene asociado con el de la “punición rigurosa”: según esa visión, las instituciones brasileñas estarían en pleno ascenso, ya que finalmente ejercerían la función de control del medio político. Se observa que esa madurez aparece no relacionada con acciones políticas pasadas: aparentemente su devenir está asociado simplemente con el paso del tiempo, ya que los editoriales no tratan el origen de ese progreso.
Algunos puntos deben ser relevados. En términos de partidos, el PT es destacado por parte del diario Folha de S.Paulo. De las nueve citas a partidos en los editoriales aquí analizados, siete se enfocan en éste. En una de ellas, PT y PMDB constituyen el tema principal del editorial. Y en otra solo el PMDB aparece como actor principal. A pesar de que el PT ha estado en el Gobierno federal entre 2003 y 2016, es curioso que no haya ninguna mención al partido que, hasta el final del período aquí analizado (2015), tenía el mayor número de involucrados en la OA: el Partido Progresista (PP). En marzo de 2015, el entonces ministro del STF, Teori Zavascki, autorizaba la apertura de una inspección contra unos 50 investigados en el marco de la OA; de estos, 31 pertenecían al PP; ocho al PT; y siete al PMDB.
Así, si la agenda de opinión del periódico es similar a su agenda general, es comprensible que el PT sea visto como el partido más asociado con la corrupción en el caso de la OA: con vistas a la superposición entre la agenda del público y la agenda de los medios, ya que se supone que el partido más citado por los periódicos es también el más citado por el público. Aunque la relación de causalidad no ha sido el objetivo de este trabajo, parece prometedor hacerlo en estudios futuros.
Notas
1SEn portugués, Operação Lava Jato, traducido como Operación Autolavado.
2La presidenta Dilma Rousseff, elegida en 2014, fue destituida de la Presidencia el 31 de agosto de 2016, bajo alegatos de que cometió crímenes de responsabilidad. Dilma fue acusada de manipulación de cuentas públicas al retrasar la transferencia de dinero estatal a bancos públicos y privados. Esto, con el objetivo de simular mejoría en el manejo de las cuentas de su Gobierno.
3El apodo hace referencia a un pago continuo de una gran cantidad de dinero.
4 O Globo, Folha de S.Paulo y O Estado de São Paulo.
52003-2006 y 2007-2010.
6Todos los editoriales recolectados están clasificados en cuanto a su tema principal, es decir, si tiene por tema principal la OA o no.
7Persona que negocia dólares en el mercado paralelo.
8Referencia al exdiputado Eduardo Cunha (Partido del Movimiento Democrático Brasileño, Río de Janeiro). Cunha también fue acusado en la OA, en el marco de la cual fue arrestado preventivamente en octubre de 2016 y sentenciado a 15 años de prisión en marzo de 2017.
9El partido cambió su nombre a Movimiento Democrático Brasileño en diciembre de 2017.
10LLos editoriales fueron traducidos libremente por los autores.
Bibliografía
Aldé, Alessandra, Gabriel Mendes y Marcus Figueiredo. 2007. “Tomando partido: imprensa e eleições presidenciais em 2006”. Política e Sociedade 10: 153-172.
Azevedo, Fernando Antônio. 2017. A grande imprensa e o PT (1989-2014). São Carlos: EdUFSCar.
Azevedo, Fernando Antônio. 2009. “A imprensa brasileira e o PT: um balanço das coberturas das eleições presidenciais (1989-2006)”. Revista Eco-Pós 12: 41-58.
Azevedo, Fernando Antônio. 2006. “Mídia e democracia no Brasil: relações entre o sistema de mídia e o sistema político”. Opinião Pública 12 (1): 88-113.
Azevedo, Fernando Antônio. 2004. “Agendamento da política”. En Comunicação e política: conceitos e abordagens, organizado por Antonio Canelas Rubim. Salvador: Edufba.
Bateson, Gregory. 1972. Steps To and Ecology of Mind. Northvale, New Jersey y Londres: Jason Aronson Inc.
Biroli, Flávia y Denise Mantovani. 2014. “A parte que me cabe nesse julgamento: a Folha de S.Paulo na cobertura ao processo do mensalão”. Opinião Pública 20 (2): 204-218.
Bourdieu, Pierre. 1998. “The Force of Law: Toward a Sociology of the Juridical Field”. Hastings Law Journal 38: 805-853.
Bourdieu, Pierre. 1987. On Television. Estados Unidos: The New Press.
Chaia, Vera. 2000. “Escândalos políticos: parte do jogo?” Mídia e política, organizado por Vera Chaia y M. Chaia. São Paulo: EDUC/ Neamp.
Chaia, Vera y Marco Antônio Teixeira. 2001. “Democracia e escândalos políticos”. São Paulo em Perspectiva 15 (4): 62-75, octubre-diciembre.
Dahl, Robert. 2005. Poliarquia: participação e oposição. São Paulo: Edusp.
Entman, Robert. 1993. “Framing: Toward a Clarification of a Fractured Paradigm”. Journal of Communication 43 (4): 51-58.
Filgueiras, Fernando. 2009. “A tolerância à corrupção no Brasil: uma antinomia entre normas morais e prática social”. Opinião Pública 15 (2): 386-421.
Folha de S.Paulo. “Ajudar a retomada”, 3 de abril de 2017.
Folha de S.Paulo. “Em carta, Temer acusa Dilma de mentir e sabotar o PMDB”, 8 de diciembre de 2015.
Folha de S.Paulo. “Cunha retalia PT e acata pedido de impeachment contra Dilma”, 3 de diciembre de 2015.
Folha de S.Paulo. “STF prende senador e banqueiro acusados de sabotar a Lava Jato”, 26 de noviembre de 2015.
Folha de S.Paulo. “Blindagens à vista”, 17 de octubre de 2015.
Folha de S.Paulo. “PT teme multa milionária por desvios na Petrobras”, 20 de abril de 2015.
Folha de S.Paulo. “PF prende Vaccari, tesoureiro do PT”, 16 de abril de 2015.
Folha de S.Paulo. “Os sócios reagem”, 9 de marzo de 2015.
Folha de S.Paulo. “STF na agenda”, 1 de febrero de 2015.
Folha de S.Paulo. “Teias da corrupção”, 3 de diciembre de 2014.
Folha de S.Paulo. “Competência e pressa”, 21 de mayo de 2014.
Folha de S.Paulo. “Suja a jato”, 4 de abril de 2014.
Galvão, Andréia y Luciana Tatagiba. 2017. “Análise do confronto político no Brasil (2011-2016)”. Congresso Latinoamericano de Ciência Política 9, organizado por la Associação Latinoamericana de Ciência Política (ALACIP). Montevideo, 26-28 de julio.
Gamson, William y Andre Modigliani. 1989. “Media Discourse and Public Opinion on Nuclear Power: A Constructionist Approach”. American Journal of Sociology 95 (1): 1-37.
Goffman, Erving. 1986. Frame Analysis. Boston: Northeastern University Press.
Habermas, Jürgen. 1981. The Theory of Communicative Action. Estados Unidos: Beacon Press.
Lippmann, Walter. 2008 [1922]. Opinião pública. Río de Janeiro: Vozes.
McCombs, Maxwell. 2009. A teoria da agenda: a mídia e a opinião pública. Petrópolis: Vozes.
McCombs, Maxwell y Donald Shaw. 1972. “The Agenda-setting Function of Mass Media”. Public Opinion Quarterly 36 (2): 176-187.
Miguel, Luis Felipe. 2002. “Os meios de comunicação e a prática política”. Lua Nova 55: 155-184.
Miguel, Luis Felipe y Flávia Biroli. 2010. “Visibilidade na mídia e campo político no Brasil. DADOS. Revista de Ciências Sociais 53 (3): 695-735.
Mundim, Pedro. 2010. “Imprensa e voto nas eleições presidenciais brasileiras de 2002 e 2006”. Tesis de Doctorado en Ciencia Política. Río de Janeiro: Instituto Universitário de Pesquisas do Rio de Janeiro, IUPERJ, Brasil.
Porto, Mauro. 2004. “Enquadramentos da mídia e política”. En Comunicação e política: conceitos e abordagens, organizado por Antonio Canelas Rubim. Salvador: Edufba.
Reese, Stephen. 2007. “The Framing Project: A Bridging Model for Media Research Revisited”. Journal of Communication 57: 148-154.
Rothberg, Danilo. 2007. “Enquadramento e metodologia de crítica da mídia”. SBPJor- Associação Brasileira de Pesquisadores em Jornalismo. V Encontro Nacional de Pesquisadores em Jornalismo.
Seligson, Mitchell. 2002. “The Impact of Corruption on Regime Legitimacy: A Comparative Study of Four Latin American Countries”. The Journal of Politics 64 (2): 408-433.
Thompson, John B. 2002. O escândalo político: poder e visibilidade na era da mídia. Petrópolis: Vozes.
Tversky, Amos y Daniel Kahneman. 1981. “The Framing of Decisions and the Psychology of Choice”. Science 211 (4481): 453-458.