Presentación
del dossier
Construir fronteras e
imaginar ciudadanías: sociedades transfronterizas amazónicas
Introduction to dossier
Constructing borders and understanding citizenship: Cross-border societies in the Amazon
Editores del dossier / Editors
of dossier
Dr. Fernando García. Profesor investigador del Departamento de Antropología, Historia y
Humanidades, FLACSO Ecuador.
(fgarcia@flacso.edu.ec)
(https://orcid.org/0000-0002-9953-0452)
Dra.
Silvia Romio. Profesora contratada en la Pontificia
Universidad Católica del Perú.
(sromio@pucp.edu.pe) (https://orcid.org/0000-0002-5287-2383)
Dra. Cecilia Ortiz-Batallas. Historiadora e investigadora independiente (Ecuador).
(ceciortizb@gmail.com) (https://orcid.org/0000-0003-4835-8936)
En el presente dossier queremos abrir un espacio de
discusión sobre los
diferentes procesos de construcción de comunidades nacionales situadas en
contextos fronterizos y, particularmente, en espacios de las fronteras amazónicas.
El proyecto editorial ha nacido de varias conversaciones e intercambios
realizados entre los tres editores, especialistas en temas amazónicos. Así
hemos fusionado diferentes enfoques disciplinarios (sociológico, histórico y
antropológico) con el fin de repensar, de manera crítica y original, los
complejos procesos que han desarrollado –y siguen determinando– la construcción
social, imaginaria y política de las fronteras amazónicas. En esta introducción
revisamos tres nociones interrelacionadas que resumen la discusión llevada a
cabo por los editores: los conceptos de frontera, de región amazónica y de
espacio transfronterizo.
1. La
noción de frontera
En sí misma la
palabra ‘frontera’ conlleva toda una serie de problemas. Según Zárate (2008),
corresponde como concepto a un vocablo que acostumbramos a utilizar asociado a
una región ubicada en la periferia de un espacio territorial de la nación, en
muchos casos en oposición a un imaginario centro, y caracterizado por escasos
contactos con las redes institucionales estatales.
La disyuntiva crucial
en todos los estudios sociales acerca de los procesos de formación de
sociedades fronterizas consiste en la dificultad para entender un espacio y una
sociedad que son productos no simplemente de la existencia de una frontera,
sino que nacen de la confluencia de varias (Zárate 2008, 15). Existe,
efectivamente, una superposición de identidades de frontera. En primer lugar,
aparece una dimensión de fronteras materiales a veces crudamente visibles, como
las que acostumbran a marcar política y administrativamente los territorios de
cada sociedad nacional. Luego podemos enumerar la dimensión de las fronteras
simbólicas –no siempre fáciles de advertir, menos aún de explicar–, y
finalmente las fronteras de las diferentes identidades sociales.
Todas estas
dimensiones terminan por influenciar el mismo estilo de vida social y la particular humanidad de la gente que vive en los
márgenes del Estado nación: una población multiétnica y de diferentes orígenes
culturales, que sabe desplazarse con habilidad tanto por tierra como por agua.
Más que todas, estas personas viven gracias a ese movimiento constante de
cruzar una frontera (geográfica, política e imaginaria) sin duda existente,
pero para muchos efectos imperceptible (Zárate 2008, 15).
Nuestras primeras
conversaciones sobre cómo abordar este tema, y cuáles perspectivas adoptar para
una legítima descripción de estas sociedades de “cruzadores de frontera”, han
sido inspiradas por la lectura de autores como Krupa, Nugent y Zárate. Si bien
algunos de estos autores no se habían interesado directamente en los contextos
amazónicos, sus reflexiones sobre las dinámicas histórico-sociales de
construcción de comunidades nacionalizadas, en contextos de fronteras
sudamericanas, eran muy inspiradoras para ofrecer un primer marco teórico común
a las situaciones conocidas personalmente a lo largo de nuestros respectivos
trabajos de campo.
Un texto
particularmente sugerente es el artículo “Building the state, making the
nation”, de David Nugent (1994). En su
análisis, este autor propone una reflexión acerca del rol que los imaginarios
de desarrollo y progreso cumplen en un contexto fronterizo antes de la llegada
del Estado como aparato burocrático, con sus formas de legalidad y las
infraestructuras físicas públicas. El punto central aquí sería la construcción
de una “comunidad moral”.
Uno de los aspectos
que mayormente ha inspirado la elaboración del presente dossier ha sido la percepción
de la importancia y necesidad de valorizar y profundizar, dentro de las
ciencias sociales, la creación de herramientas de estudio específicas sobre el
desarrollo del proceso de formación de las comunidades fronterizas, así como de
una conciencia nacional entre actores locales excluidos o históricamente
marginados de la sociedad nacional. Ese es el caso de la mayoría de las
comunidades indígenas localizadas en zonas de fronteras, pero también de las
múltiples realidades urbano-marginales presentes en estos mismos contextos, y
de las más recientes comunidades indígenas movilizadas hacia espacios
urbano-marginales en las zonas fronterizas.
¿Cómo es que estos
actores empiezan a imaginar y desear ser parte de una “sociedad mayor”? ¿Cuál
es el motor de inicio de un proceso de nacionalización en estos lugares,
históricamente olvidados por los proyectos estatales de control territorial?
Hay que preguntarse también por qué razones (o bajo qué circunstancias) estos
heterogéneos y múltiples actores locales empiezan a desear ser parte de una
“sociedad nacional mayor”, percibiendo que eso correspondería a una condición
de progreso, de cambio y de mejoría.
El aspecto más
sorprendente de estas realidades es que, en su mayoría, raramente estos grupos
sociales habían tenido una experiencia positiva anterior (algunos, incluso,
ninguna experiencia previa) sobre su relación de beneficios con el Estado.
Mucho menos con el Estado neoliberal republicano de los siglos XX y XXI. Nos
parece particularmente inspirador inaugurar un espacio de reflexión acerca de
los procesos de transformación que miran hacia la incorporación en los actores
locales de los sentimientos de pertenencia ciudadana y de respeto a la
burocracia, mediante la fabricación de una “afectividad hacia el Estado” (Krupa
y Nugent 2015).
Si el “realismo del
Estado” es algo que se concreta en las prácticas cotidianas de sus ciudadanos
(Krupa y Nugent 2015), el presente dossier propone investigar las formas
históricas, los mecanismos sociopolíticos y las formas comunicativas a través
de los cuales los grupos históricamente asentados en territorios fronterizos
pasan a sentirse parte de una sociedad nacional. Nos interesa entender cómo
imaginan y proponen una ciudadanía a partir de experiencias discontinuas con
diferentes actores que manifiestan agendas de gobernanza territorial (tales
como el ejército, las misiones, las empresas extractivas, las organizaciones no
gubernamentales [ONG] de conservación), o a partir de la convivencia, en muchos
casos conflictiva, con colonos, comerciantes u otros agentes locales.
El estudio
directo de múltiples contextos de frontera durante nuestros respectivos
trabajos de campo nos ha permitido desarrollar reflexiones específicas acerca
del surgimiento de identidades etnopolíticas absolutamente
inéditas y, hasta ahora, poco analizadas en su relevancia histórica y social.
¿Qué tipo de subjetividades se van creando en estos lugares límites? ¿Cuáles
son sus principales procesos históricos de definición? Y, finalmente, ¿cuáles
son sus percepciones alrededor de la pertenencia a un supuesto Estado nación?
La presencia en muchos casos de identidades plurinacionales en estos contextos
o, por el contrario, la total extrañeza de ellas, nos
ha permitido entender los complejos fenómenos de construcción de ciudadanías y
del manejo de estas identidades que se pueden venir creando.
2. La
noción de Amazonía
La Amazonía ha sido
vista como un espacio vacío o habitado por “salvajes” a quienes había que
dominar (Wolf 1892, 590). Se la ha asumido también como poseedora de un
potencial económico que la convierte en punto de atracción con interés por ser
aprehendido política y económicamente (Stanfield
2008). El objetivo no resulta del todo fácil y en muchas oportunidades
permanece como tarea pendiente para los distintos poderes constituidos,
poseedores de fragmentos de la cuenca amazónica tras su conversión en
repúblicas, en la primera mitad del siglo XIX.
La cuenca amazónica se
compone de una multiplicidad de espacios condicionados por las relaciones
sociales determinadas por las subcuencas y microcuencas fluviales. La
existencia de ejes naturales de interacción social confiere a sus habitantes
condiciones particulares e historias conectadas que trascienden las fronteras (Dourojeanni 1994, 113). Desde una perspectiva histórica, se
vislumbran momentos en que la economía, además de otros factores sociales,
políticos y culturales, genera procesos complejos de formación de los Estados.
Otro de los puntos de
reflexión radica en la diversidad de actores que ha convocado la región, con la
intención de dominarla para apropiarse de ese espacio, de sus recursos y sus
habitantes (sea como mano de obra o como almas cristianizadas), percibidos
estos últimos, en muchos casos, como ingobernables o refractarios a la
autoridad. De ahí que otra de las preguntas que guía nuestra reflexión gire en
torno a cómo se constituyen los Estados en la cuenca amazónica y cómo legitiman
su autoridad frente a las sociedades que la habitan, diversas desde todos los
puntos de vista.
Diferentes serán, por
tanto, las respuestas para gobernar la región, como variados son los agentes de
poder que la han controlado históricamente, por ejemplo, las misiones
religiosas de distintos credos. Las órdenes católicas han encarnado al Estado
desde el período hispánico, situación que, con sus matices, se mantuvo como un continuum en la región durante la
República –con mayor visibilidad de católicos y protestantes–. Distintas
órdenes y congregaciones firmaron contratos con los gobiernos a través de los
cuales encarnan a la autoridad en la región y actúan entre sus moradores
–considerados neófitos–, influyendo en su cultura y sus creencias, y generando
entre ellos fidelidad a unos símbolos patrios y sentido de pertenencia a las
distintas naciones que se posesionan del territorio.
Las fuerzas militares
son otra de las presencias visibles, al hallarse este espacio atravesado por
los hitos limítrofes de los países que la integran. La indefinición de las
marcas de frontera, una vez que estos países se independizan de la Corona
española, convirtió a la región en arena de conflicto con enfrentamientos
armados. Las confrontaciones derivaron en consecuencias adversas para la unidad
étnica de los grupos que han habitado la zona históricamente, ante la presencia
de fronteras que atraviesan sus territorios compartidos con otros pueblos
originarios, con sus formas dispersas de ocupar su hábitat.
Los comerciantes,
colonos y exploradores tras los recursos del medio representan al poder, con
mayor intensidad en determinados momentos, con el control de amplios espacios y
segmentos de la población. Así ocurrió durante la etapa de extracción y
explotación de gomas elásticas a fines del siglo XIX y las dos primeras décadas
del XX. Posteriormente, con la actividad extractiva ya sea de petróleo u otros
recursos minerales, vegetales o animales, las entidades interesadas en la
explotación de la Amazonía se han impuesto o han negociado con la población, y
han conseguido privilegios para la extracción de los productos de la zona.
Si bien el Estado
aparece como incipiente, débil o ausente en la región hasta avanzado el siglo
XX, la presencia constante de agentes que de una u otra forma se revisten de
poder demanda ampliar el horizonte metodológico, con el fin de percibir las
distintas texturas que adquiere la autoridad estatal en la Amazonía. En estos
escenarios se pone en cuestión la idea generalizada del Estado como un ente monolítico,
ubicado en un centro desde donde emana su poder hacia los márgenes, a donde
llega débil o no llega (Murray Li 2005).
Las distintas versiones
que se despliegan de la autoridad en la zona que nos ocupa obligan a replantear
estas nociones sobre la autoridad. Si el Estado se localiza supuestamente en un
centro, este se descentra para gobernar en la frontera y se desdobla en
diversidad de actores, que ejercen su autoridad con la anuencia y la misma
identidad del Estado en cuanto a la toma de decisiones y la conducción de los
recursos y destinos de la población.
En estos espacios de
frontera la nación se construye desde el Estado, y existe un interés por
generar en las poblaciones originarias sentidos de pertenencia a las distintas
naciones que se despliegan en el interior de los límites impuestos. Si desde el
Estado se difunden los proyectos de construcción nacional, desde allí se
refuerzan en los pueblos y nacionalidades locales los sentidos de pertenencia a
un mismo conglomerado social (Ortiz 2017).
El que la presencia
estatal en la región no contase con un ente regulador de las relaciones
sociales, presente a través de un aparato institucional, no ha obstado para que
esta autoridad se interiorizara en los individuos, generándoles la idea del
Estado (Abrams [1977] 2000; Krupa y Nugent 2015) a través de otros
intermediarios que posibilitaron la concreción de ese ente en el imaginario
social. Paradójicamente, a pesar de la preponderancia que ha mostrado como
fuente de riqueza y promesa de prosperidad a futuro para los países que la
poseen, la Amazonía ha sido considerada como marginal, límite entre la
civilización y la barbarie, punto de frontera en un sentido múltiple (Santos
Granero 2005; Santos Granero y Barclay 2002).
3.
La noción
de espacio transfronterizo
A partir de la globalización, las fronteras
territoriales entre los Estados nacionales de a poco han dejado de ser espacios
interrumpidos, truncados, y se han transformado en espacios transfronterizos de
encuentro e intercambio entre poblaciones y Estados, con tres
dinámicas propias. Una primera, que denominamos nacional-local, es la que
se expresa en el hecho de que los dos lados de las fronteras, al no ser
espacios interrumpidos y más bien abiertos, han pasado a constituir una región
continua que ve dinamizadas sus relaciones con la apertura. Pero esa apertura
genera tensiones entre las zonas de frontera (región fronteriza) y los Estados
centrales, puesto que estos últimos privilegian en sus políticas el interés
nacional por encima del interés local fronterizo.
Una segunda dinámica es la que
llamamos regional, y se demuestra en la potencialidad que encuentran las zonas
de frontera en constituirse en una región, al dejar de estar separadas y pasar
a integrarse. De esa manera, las zonas de frontera, con un liderazgo importante
de las ciudades fronterizas, tienen la posibilidad y la potencialidad de irse
transformando en una región transfronteriza, que integra ambos lados de la
frontera mediante relaciones de complementariedades, pues cada uno de los lados
provee al otro de lo que este carece. Dadas las políticas restrictivas de los
Estados centrales, estas complementariedades se vuelven asimétricas. Las
diferencias de modelos económicos, productivos, monetarios y comerciales
establecidos debilitan el potencial de una región transfronteriza y ello
favorece la presencia de economías ilegales como el contrabando y otros
mercados, convirtiendo a las zonas de frontera en zonas peligrosas.
La tercera dinámica es la que
se conoce como global, donde las fronteras en épocas de globalización han
pasado a ser parte de circuitos transfronterizos internacionales. Por esos
lugares transita ya no solo el contrabando para abastecer a los mercados del
país contiguo, sino también narcóticos, armas, tráfico de personas indocumentadas
o no, bienes robados y falsificados, dinero ilícito para ser lavado, entre
otros. En estos casos, el destino no es el mercado del país vecino, sino que
son pasos, lugares de tránsito, hacia mercados internacionales principalmente
localizados en los países del Norte. Todo ello se maneja por redes
internacionales del crimen, en muchos casos asociadas a autoridades de
gobiernos o grupos económicos poderosos que las amparan y protegen.
4. Presentación de los artículos
El dossier está
conformado por cinco artículos. En el primero, de la autoría de Bianca
de Marchi-Moyano y Laura Helena Arraya-Pareja, “Guayaramerín: una frontera marcada por el río Mamoré y las
cachuelas” se indaga sobre el rol que cumplieron el río Mamoré y sus
cachuelas en la instalación de Guayaramerín y en la demarcación fronteriza
entre Bolivia y Brasil. Las autoras contrastan fuentes históricas e
historiográficas que permiten comprender el origen y la permanencia de
Guayaramerín, asentamiento fronterizo en el departamento de Beni, en la
Amazonía de Bolivia. Revisan los antecedentes coloniales y las primeras
exploraciones republicanas en la zona, la formalización diplomática de la
frontera en el período cauchero, el origen de su toponimia y sus dinámicas
poblacionales. Finalmente, desarrollan algunos apuntes de la historia reciente
que identifican los nuevos intercambios comerciales y poblacionales en la zona.
Le sigue el artículo “Dinámicas,
vulnerabilidades y prospectiva de la frontera colombo-venezolana”, de Martha
Ardila, Jorge Iván Lozano y María Alejandra Quintero, quienes se enfocan en la
planificación para formular políticas públicas a largo plazo, y se nutren de
diferentes disciplinas. Primeramente, examinan de manera amplia el vínculo de
la prospectiva con el riesgo político y con los factores que inciden en este
análisis. En segundo lugar, hacen una revisión de elementos conceptuales y
prácticos de la frontera, y del riesgo político presente en la frontera
colombo-venezolana bajo tres aspectos que constituyen los indicadores
sociopolíticos, militares y económicos. En tercer lugar, plantean pautas
metodológicas para los estudios de prospectiva, que enfatizan en indicadores,
métodos y escenarios, teniendo en cuenta que este artículo se orientó hacia la
utilización de grupos focales, acompañados de otros métodos investigativos. Por
último, señalan las particularidades de las zonas de La Guajira, Cesar-Perijá,
Norte de Santander-Táchira y Arauca-Apure.
En el
artículo “Shall we kill again?: violencia e intimidad entre los ‘nuevos
líderes’ awajún de la frontera peruana nororiental”,
Silvia Romio desarrolla
un análisis que arroja luz sobre los procesos de cambio que un grupo indígena,
los awajún del Alto Marañón (Perú), tuvo que asumir
entre los años 1950 y 1970 durante su transformación sociocultural para devenir
en miembro de la naciente sociedad nacional. La investigación se sostiene en el
cruzamiento de los estudios de etnohistoria con las herramientas de la
antropología de la afectividad. En particular, Romio
se enfoca en el uso de la fuerza, el manejo simbólico de la violencia y la
incorporación de nuevas expresiones relacionadas con el liderazgo indígena;
todo ello en estrecho contacto con las primeras experiencias de la autoridad
estatal presente en la zona a partir de la mitad del siglo XX: los misioneros
evangélicos y el ejército.
Rosana Posligua, en su
artículo “Espejismos nupciales: representaciones salesianas del matrimonio
shuar, 1893-1925”, analiza la visión de los misioneros en torno a la poligamia
y las relaciones de género en el pueblo shuar. Focaliza, como advierte desde el
título, el primer período de la incursión salesiana –entre 1893 y 1925– en el
interior del Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza, localizado en la
indefinida frontera sur de la Amazonía ecuatoriana, colindante con Perú y
habitada por los nativos shuar. La base documental se encuentra en el Archivo
Histórico de la Misión Salesiana (AHMS). Su abordaje interpretativo se realiza
a través de la perspectiva de género, que considera como una categoría flexible
en el tiempo y acorde a las condiciones de la realidad concreta. Concluye que
las representaciones sobre el matrimonio shuar y las relaciones de género se
ubicaban dentro de la frontera entre “civilización” y “salvajismo”. Demuestra
que las visiones al interior de la misión no fueron unívocas y no siempre
encajaron en ese criterio binario. Además, aunque en este período se produjeron
los matrimonios católicos, no tuvieron importancia para el pueblo shuar,
quienes continuaron con sus costumbres nupciales, en especial, con la
poligamia.
El último artículo, de
Cecilia Ortiz, titulado “El Estado ecuatoriano en la frontera suroriental, una
construcción desde el afecto, 1893-1964”, se centra en el proceso de
construcción del Estado y la nación en el suroriente ecuatoriano (actual
provincia de Morona Santiago) durante la primera mitad del siglo XX. Abarca el
espacio ocupado originalmente por los pueblos shuar y achuar en el territorio
que permaneció no delimitado entre Ecuador y Perú desde el nacimiento de la
República (1830) hasta 1998. Ante la insipiencia de las instituciones oficiales
en la subregión para la época, se rastrea al Estado a través de otras entradas
metodológicas que lo perciban fuera de los entes burocráticos y del centro de
poder desde el que supuestamente opera.
Ortiz argumenta que, en
este margen de frontera, los misioneros salesianos se erigieron como delegados
del Estado ecuatoriano y de otros poderes locales y externos: la Casa de Don
Bosco y el Vaticano. Así, centra su mirada en el sentido de autoridad que
emerge, entre otros campos, en los afectos y desafectos, las ilusiones y las
emociones, la violencia, la decepción y el miedo, componentes fundantes en los
procesos de dominación política colonialista. Sostiene sus argumentos
principalmente en fuentes documentales, con un fuerte aporte de la memoria
narrada por quienes protagonizaron los hechos analizados. En este escenario,
concluye que el pueblo shuar no aparece como un actor pasivo, sino que muestra sus
habilidades de negociación frente al mensaje de dominación que les llega desde
el poder.
Referencias
Abrams,
Philip. (1977) 2000. “Notas sobre la dificultad de estudiar el
estado”. Virajes, 2: 79-98.
Dourojeanni, Axel. 1994. “La
gestión del agua y las cuencas en América Latina”. Revista de la Cepal, 53: 111-127.
Krupa,
Christopher, y David Nugent. 2015. “Off-centered States. Rethinking State
Theory through an Andean lens”. En State Theory and Andean Politics, editado por Christopher Krupa y David Nugent, 1-34. Filadelfia: University of Pennsylvania Press.
Murray Li,
Tania. 2005. “Beyond the State and Failed Schemes”. American Anthropologist
107 (3): 383-394.
Nugent, David. 1994. “Building the state, making the nation:
the bases and limits of state centralization in “modern” Perú”. American
Anthropologist 96 (2):
333-369.
Ortiz, Cecilia. 2017. “Las ‘Exposiciones Orientalistas Salesianas’ de 1943-1944: la
puesta en escena de la construcción del Estado en la Amazonía ecuatoriana”. Revista Procesos 45: 65-92.
Santos Granero, Fernando. 2005. “Las fronteras son creadas para ser
transgredidas. Magia, historia y política de la antigua divisoria entre Andes y
Amazonía en el Perú”. Histórica,
29: 107-148.
Santos Granero, Fernando, y Frederica Barclay.
2002. La frontera domesticada. Historia
económica de Loreto (1850-2000). Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú.
Stanfield, Michael
Edward. 2008. Caucho, conflicto y cultura en la Amazonía Noroeste: Colombia,
Ecuador y Perú en el Putumayo, Caquetá, Napo
(1850-1933). Quito: Abya-Yala.
Wolf, Teodoro. 1892. Geografía y Geología del Ecuador. Leipzig:
Tipografía F. A. Brockhaus.
Zárate, Carlos. 2008. Silvícolas,
siringueros y agentes estatales: el surgimiento de una sociedad transfronteriza
en la Amazonia de Brasil, Perú y Colombia 1880-1932. Leticia: IMANI (Instituto Amazónico de
Investigaciones).