Íconos. Revista de Ciencias Sociales

Núm 70. Mayo - agosto 2021, pp. 07-14, ISSN (on-line) 1390-8065

 

 

Presentación del dossier

Construir fronteras e imaginar ciudadanías: sociedades transfronterizas amazónicas

 

Introduction to dossier

Constructing borders and understanding citizenship: Cross-border societies in the Amazon

 

 

Editores del dossier / Editors of dossier

 

Dr. Fernando García. Profesor investigador del Departamento de Antropología, Historia y Humanidades, FLACSO Ecuador.

(fgarcia@flacso.edu.ec) (https://orcid.org/0000-0002-9953-0452)

 

Dra. Silvia Romio. Profesora contratada en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

(sromio@pucp.edu.pe) (https://orcid.org/0000-0002-5287-2383)

 

Dra. Cecilia Ortiz-Batallas. Historiadora e investigadora independiente (Ecuador).

(ceciortizb@gmail.com) (https://orcid.org/0000-0003-4835-8936)   

 


 

En el presente dossier queremos abrir un espacio de discusión sobre los diferentes procesos de construcción de comunidades nacionales situadas en contextos fronterizos y, particularmente, en espacios de las fronteras amazónicas. El proyecto editorial ha nacido de varias conversaciones e intercambios realizados entre los tres editores, especialistas en temas amazónicos. Así hemos fusionado diferentes enfoques disciplinarios (sociológico, histórico y antropológico) con el fin de repensar, de manera crítica y original, los complejos procesos que han desarrollado –y siguen determinando– la construcción social, imaginaria y política de las fronteras amazónicas. En esta introducción revisamos tres nociones interrelacionadas que resumen la discusión llevada a cabo por los editores: los conceptos de frontera, de región amazónica y de espacio transfronterizo.

 

1.     La noción de frontera

En sí misma la palabra ‘frontera’ conlleva toda una serie de problemas. Según Zárate (2008), corresponde como concepto a un vocablo que acostumbramos a utilizar asociado a una región ubicada en la periferia de un espacio territorial de la nación, en muchos casos en oposición a un imaginario centro, y caracterizado por escasos contactos con las redes institucionales estatales.

La disyuntiva crucial en todos los estudios sociales acerca de los procesos de formación de sociedades fronterizas consiste en la dificultad para entender un espacio y una sociedad que son productos no simplemente de la existencia de una frontera, sino que nacen de la confluencia de varias (Zárate 2008, 15). Existe, efectivamente, una superposición de identidades de frontera. En primer lugar, aparece una dimensión de fronteras materiales a veces crudamente visibles, como las que acostumbran a marcar política y administrativamente los territorios de cada sociedad nacional. Luego podemos enumerar la dimensión de las fronteras simbólicas –no siempre fáciles de advertir, menos aún de explicar–, y finalmente las fronteras de las diferentes identidades sociales.

Todas estas dimensiones terminan por influenciar el mismo estilo de vida social y la particular humanidad de la gente que vive en los márgenes del Estado nación: una población multiétnica y de diferentes orígenes culturales, que sabe desplazarse con habilidad tanto por tierra como por agua. Más que todas, estas personas viven gracias a ese movimiento constante de cruzar una frontera (geográfica, política e imaginaria) sin duda existente, pero para muchos efectos imperceptible (Zárate 2008, 15).

Nuestras primeras conversaciones sobre cómo abordar este tema, y cuáles perspectivas adoptar para una legítima descripción de estas sociedades de “cruzadores de frontera”, han sido inspiradas por la lectura de autores como Krupa, Nugent y Zárate. Si bien algunos de estos autores no se habían interesado directamente en los contextos amazónicos, sus reflexiones sobre las dinámicas histórico-sociales de construcción de comunidades nacionalizadas, en contextos de fronteras sudamericanas, eran muy inspiradoras para ofrecer un primer marco teórico común a las situaciones conocidas personalmente a lo largo de nuestros respectivos trabajos de campo.

Un texto particularmente sugerente es el artículo “Building the state, making the nation”, de David Nugent (1994). En su análisis, este autor propone una reflexión acerca del rol que los imaginarios de desarrollo y progreso cumplen en un contexto fronterizo antes de la llegada del Estado como aparato burocrático, con sus formas de legalidad y las infraestructuras físicas públicas. El punto central aquí sería la construcción de una “comunidad moral”.

Uno de los aspectos que mayormente ha inspirado la elaboración del presente dossier ha sido la percepción de la importancia y necesidad de valorizar y profundizar, dentro de las ciencias sociales, la creación de herramientas de estudio específicas sobre el desarrollo del proceso de formación de las comunidades fronterizas, así como de una conciencia nacional entre actores locales excluidos o históricamente marginados de la sociedad nacional. Ese es el caso de la mayoría de las comunidades indígenas localizadas en zonas de fronteras, pero también de las múltiples realidades urbano-marginales presentes en estos mismos contextos, y de las más recientes comunidades indígenas movilizadas hacia espacios urbano-marginales en las zonas fronterizas.

¿Cómo es que estos actores empiezan a imaginar y desear ser parte de una “sociedad mayor”? ¿Cuál es el motor de inicio de un proceso de nacionalización en estos lugares, históricamente olvidados por los proyectos estatales de control territorial? Hay que preguntarse también por qué razones (o bajo qué circunstancias) estos heterogéneos y múltiples actores locales empiezan a desear ser parte de una “sociedad nacional mayor”, percibiendo que eso correspondería a una condición de progreso, de cambio y de mejoría.

El aspecto más sorprendente de estas realidades es que, en su mayoría, raramente estos grupos sociales habían tenido una experiencia positiva anterior (algunos, incluso, ninguna experiencia previa) sobre su relación de beneficios con el Estado. Mucho menos con el Estado neoliberal republicano de los siglos XX y XXI. Nos parece particularmente inspirador inaugurar un espacio de reflexión acerca de los procesos de transformación que miran hacia la incorporación en los actores locales de los sentimientos de pertenencia ciudadana y de respeto a la burocracia, mediante la fabricación de una “afectividad hacia el Estado” (Krupa y Nugent 2015).

Si el “realismo del Estado” es algo que se concreta en las prácticas cotidianas de sus ciudadanos (Krupa y Nugent 2015), el presente dossier propone investigar las formas históricas, los mecanismos sociopolíticos y las formas comunicativas a través de los cuales los grupos históricamente asentados en territorios fronterizos pasan a sentirse parte de una sociedad nacional. Nos interesa entender cómo imaginan y proponen una ciudadanía a partir de experiencias discontinuas con diferentes actores que manifiestan agendas de gobernanza territorial (tales como el ejército, las misiones, las empresas extractivas, las organizaciones no gubernamentales [ONG] de conservación), o a partir de la convivencia, en muchos casos conflictiva, con colonos, comerciantes u otros agentes locales.

El estudio directo de múltiples contextos de frontera durante nuestros respectivos trabajos de campo nos ha permitido desarrollar reflexiones específicas acerca del surgimiento de identidades etnopolíticas absolutamente inéditas y, hasta ahora, poco analizadas en su relevancia histórica y social. ¿Qué tipo de subjetividades se van creando en estos lugares límites? ¿Cuáles son sus principales procesos históricos de definición? Y, finalmente, ¿cuáles son sus percepciones alrededor de la pertenencia a un supuesto Estado nación? La presencia en muchos casos de identidades plurinacionales en estos contextos o, por el contrario, la total extrañeza de ellas, nos ha permitido entender los complejos fenómenos de construcción de ciudadanías y del manejo de estas identidades que se pueden venir creando.

 

2.     La noción de Amazonía

La Amazonía ha sido vista como un espacio vacío o habitado por “salvajes” a quienes había que dominar (Wolf 1892, 590). Se la ha asumido también como poseedora de un potencial económico que la convierte en punto de atracción con interés por ser aprehendido política y económicamente (Stanfield 2008). El objetivo no resulta del todo fácil y en muchas oportunidades permanece como tarea pendiente para los distintos poderes constituidos, poseedores de fragmentos de la cuenca amazónica tras su conversión en repúblicas, en la primera mitad del siglo XIX.

La cuenca amazónica se compone de una multiplicidad de espacios condicionados por las relaciones sociales determinadas por las subcuencas y microcuencas fluviales. La existencia de ejes naturales de interacción social confiere a sus habitantes condiciones particulares e historias conectadas que trascienden las fronteras (Dourojeanni 1994, 113). Desde una perspectiva histórica, se vislumbran momentos en que la economía, además de otros factores sociales, políticos y culturales, genera procesos complejos de formación de los Estados.

Otro de los puntos de reflexión radica en la diversidad de actores que ha convocado la región, con la intención de dominarla para apropiarse de ese espacio, de sus recursos y sus habitantes (sea como mano de obra o como almas cristianizadas), percibidos estos últimos, en muchos casos, como ingobernables o refractarios a la autoridad. De ahí que otra de las preguntas que guía nuestra reflexión gire en torno a cómo se constituyen los Estados en la cuenca amazónica y cómo legitiman su autoridad frente a las sociedades que la habitan, diversas desde todos los puntos de vista.

Diferentes serán, por tanto, las respuestas para gobernar la región, como variados son los agentes de poder que la han controlado históricamente, por ejemplo, las misiones religiosas de distintos credos. Las órdenes católicas han encarnado al Estado desde el período hispánico, situación que, con sus matices, se mantuvo como un continuum en la región durante la República –con mayor visibilidad de católicos y protestantes–. Distintas órdenes y congregaciones firmaron contratos con los gobiernos a través de los cuales encarnan a la autoridad en la región y actúan entre sus moradores –considerados neófitos–, influyendo en su cultura y sus creencias, y generando entre ellos fidelidad a unos símbolos patrios y sentido de pertenencia a las distintas naciones que se posesionan del territorio.

Las fuerzas militares son otra de las presencias visibles, al hallarse este espacio atravesado por los hitos limítrofes de los países que la integran. La indefinición de las marcas de frontera, una vez que estos países se independizan de la Corona española, convirtió a la región en arena de conflicto con enfrentamientos armados. Las confrontaciones derivaron en consecuencias adversas para la unidad étnica de los grupos que han habitado la zona históricamente, ante la presencia de fronteras que atraviesan sus territorios compartidos con otros pueblos originarios, con sus formas dispersas de ocupar su hábitat.

Los comerciantes, colonos y exploradores tras los recursos del medio representan al poder, con mayor intensidad en determinados momentos, con el control de amplios espacios y segmentos de la población. Así ocurrió durante la etapa de extracción y explotación de gomas elásticas a fines del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX. Posteriormente, con la actividad extractiva ya sea de petróleo u otros recursos minerales, vegetales o animales, las entidades interesadas en la explotación de la Amazonía se han impuesto o han negociado con la población, y han conseguido privilegios para la extracción de los productos de la zona.

Si bien el Estado aparece como incipiente, débil o ausente en la región hasta avanzado el siglo XX, la presencia constante de agentes que de una u otra forma se revisten de poder demanda ampliar el horizonte metodológico, con el fin de percibir las distintas texturas que adquiere la autoridad estatal en la Amazonía. En estos escenarios se pone en cuestión la idea generalizada del Estado como un ente monolítico, ubicado en un centro desde donde emana su poder hacia los márgenes, a donde llega débil o no llega (Murray Li 2005).

Las distintas versiones que se despliegan de la autoridad en la zona que nos ocupa obligan a replantear estas nociones sobre la autoridad. Si el Estado se localiza supuestamente en un centro, este se descentra para gobernar en la frontera y se desdobla en diversidad de actores, que ejercen su autoridad con la anuencia y la misma identidad del Estado en cuanto a la toma de decisiones y la conducción de los recursos y destinos de la población.

En estos espacios de frontera la nación se construye desde el Estado, y existe un interés por generar en las poblaciones originarias sentidos de pertenencia a las distintas naciones que se despliegan en el interior de los límites impuestos. Si desde el Estado se difunden los proyectos de construcción nacional, desde allí se refuerzan en los pueblos y nacionalidades locales los sentidos de pertenencia a un mismo conglomerado social (Ortiz 2017).

El que la presencia estatal en la región no contase con un ente regulador de las relaciones sociales, presente a través de un aparato institucional, no ha obstado para que esta autoridad se interiorizara en los individuos, generándoles la idea del Estado (Abrams [1977] 2000; Krupa y Nugent 2015) a través de otros intermediarios que posibilitaron la concreción de ese ente en el imaginario social. Paradójicamente, a pesar de la preponderancia que ha mostrado como fuente de riqueza y promesa de prosperidad a futuro para los países que la poseen, la Amazonía ha sido considerada como marginal, límite entre la civilización y la barbarie, punto de frontera en un sentido múltiple (Santos Granero 2005; Santos Granero y Barclay 2002).

 

3.     La noción de espacio transfronterizo

A partir de la globalización, las fronteras territoriales entre los Estados nacionales de a poco han dejado de ser espacios interrumpidos, truncados, y se han transformado en espacios transfronterizos de encuentro e intercambio entre poblaciones y Estados, con tres dinámicas propias. Una primera, que denominamos nacional-local, es la que se expresa en el hecho de que los dos lados de las fronteras, al no ser espacios interrumpidos y más bien abiertos, han pasado a constituir una región continua que ve dinamizadas sus relaciones con la apertura. Pero esa apertura genera tensiones entre las zonas de frontera (región fronteriza) y los Estados centrales, puesto que estos últimos privilegian en sus políticas el interés nacional por encima del interés local fronterizo.

Una segunda dinámica es la que llamamos regional, y se demuestra en la potencialidad que encuentran las zonas de frontera en constituirse en una región, al dejar de estar separadas y pasar a integrarse. De esa manera, las zonas de frontera, con un liderazgo importante de las ciudades fronterizas, tienen la posibilidad y la potencialidad de irse transformando en una región transfronteriza, que integra ambos lados de la frontera mediante relaciones de complementariedades, pues cada uno de los lados provee al otro de lo que este carece. Dadas las políticas restrictivas de los Estados centrales, estas complementariedades se vuelven asimétricas. Las diferencias de modelos económicos, productivos, monetarios y comerciales establecidos debilitan el potencial de una región transfronteriza y ello favorece la presencia de economías ilegales como el contrabando y otros mercados, convirtiendo a las zonas de frontera en zonas peligrosas.

La tercera dinámica es la que se conoce como global, donde las fronteras en épocas de globalización han pasado a ser parte de circuitos transfronterizos internacionales. Por esos lugares transita ya no solo el contrabando para abastecer a los mercados del país contiguo, sino también narcóticos, armas, tráfico de personas indocumentadas o no, bienes robados y falsificados, dinero ilícito para ser lavado, entre otros. En estos casos, el destino no es el mercado del país vecino, sino que son pasos, lugares de tránsito, hacia mercados internacionales principalmente localizados en los países del Norte. Todo ello se maneja por redes internacionales del crimen, en muchos casos asociadas a autoridades de gobiernos o grupos económicos poderosos que las amparan y protegen.

 

        4. Presentación de los artículos

El dossier está conformado por cinco artículos. En el primero, de la autoría de Bianca de Marchi-Moyano y Laura Helena Arraya-Pareja, “Guayaramerín: una frontera marcada por el río Mamoré y las cachuelas” se indaga sobre el rol que cumplieron el río Mamoré y sus cachuelas en la instalación de Guayaramerín y en la demarcación fronteriza entre Bolivia y Brasil. Las autoras contrastan fuentes históricas e historiográficas que permiten comprender el origen y la permanencia de Guayaramerín, asentamiento fronterizo en el departamento de Beni, en la Amazonía de Bolivia. Revisan los antecedentes coloniales y las primeras exploraciones republicanas en la zona, la formalización diplomática de la frontera en el período cauchero, el origen de su toponimia y sus dinámicas poblacionales. Finalmente, desarrollan algunos apuntes de la historia reciente que identifican los nuevos intercambios comerciales y poblacionales en la zona.

Le sigue el artículo “Dinámicas, vulnerabilidades y prospectiva de la frontera colombo-venezolana”, de Martha Ardila, Jorge Iván Lozano y María Alejandra Quintero, quienes se enfocan en la planificación para formular políticas públicas a largo plazo, y se nutren de diferentes disciplinas. Primeramente, examinan de manera amplia el vínculo de la prospectiva con el riesgo político y con los factores que inciden en este análisis. En segundo lugar, hacen una revisión de elementos conceptuales y prácticos de la frontera, y del riesgo político presente en la frontera colombo-venezolana bajo tres aspectos que constituyen los indicadores sociopolíticos, militares y económicos. En tercer lugar, plantean pautas metodológicas para los estudios de prospectiva, que enfatizan en indicadores, métodos y escenarios, teniendo en cuenta que este artículo se orientó hacia la utilización de grupos focales, acompañados de otros métodos investigativos. Por último, señalan las particularidades de las zonas de La Guajira, Cesar-Perijá, Norte de Santander-Táchira y Arauca-Apure.

En el artículo “Shall we kill again?: violencia e intimidad entre los ‘nuevos líderes’ awajún de la frontera peruana nororiental”, Silvia Romio desarrolla un análisis que arroja luz sobre los procesos de cambio que un grupo indígena, los awajún del Alto Marañón (Perú), tuvo que asumir entre los años 1950 y 1970 durante su transformación sociocultural para devenir en miembro de la naciente sociedad nacional. La investigación se sostiene en el cruzamiento de los estudios de etnohistoria con las herramientas de la antropología de la afectividad. En particular, Romio se enfoca en el uso de la fuerza, el manejo simbólico de la violencia y la incorporación de nuevas expresiones relacionadas con el liderazgo indígena; todo ello en estrecho contacto con las primeras experiencias de la autoridad estatal presente en la zona a partir de la mitad del siglo XX: los misioneros evangélicos y el ejército.

Rosana Posligua, en su artículo “Espejismos nupciales: representaciones salesianas del matrimonio shuar, 1893-1925”, analiza la visión de los misioneros en torno a la poligamia y las relaciones de género en el pueblo shuar. Focaliza, como advierte desde el título, el primer período de la incursión salesiana –entre 1893 y 1925– en el interior del Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza, localizado en la indefinida frontera sur de la Amazonía ecuatoriana, colindante con Perú y habitada por los nativos shuar. La base documental se encuentra en el Archivo Histórico de la Misión Salesiana (AHMS). Su abordaje interpretativo se realiza a través de la perspectiva de género, que considera como una categoría flexible en el tiempo y acorde a las condiciones de la realidad concreta. Concluye que las representaciones sobre el matrimonio shuar y las relaciones de género se ubicaban dentro de la frontera entre “civilización” y “salvajismo”. Demuestra que las visiones al interior de la misión no fueron unívocas y no siempre encajaron en ese criterio binario. Además, aunque en este período se produjeron los matrimonios católicos, no tuvieron importancia para el pueblo shuar, quienes continuaron con sus costumbres nupciales, en especial, con la poligamia.

El último artículo, de Cecilia Ortiz, titulado “El Estado ecuatoriano en la frontera suroriental, una construcción desde el afecto, 1893-1964”, se centra en el proceso de construcción del Estado y la nación en el suroriente ecuatoriano (actual provincia de Morona Santiago) durante la primera mitad del siglo XX. Abarca el espacio ocupado originalmente por los pueblos shuar y achuar en el territorio que permaneció no delimitado entre Ecuador y Perú desde el nacimiento de la República (1830) hasta 1998. Ante la insipiencia de las instituciones oficiales en la subregión para la época, se rastrea al Estado a través de otras entradas metodológicas que lo perciban fuera de los entes burocráticos y del centro de poder desde el que supuestamente opera.

Ortiz argumenta que, en este margen de frontera, los misioneros salesianos se erigieron como delegados del Estado ecuatoriano y de otros poderes locales y externos: la Casa de Don Bosco y el Vaticano. Así, centra su mirada en el sentido de autoridad que emerge, entre otros campos, en los afectos y desafectos, las ilusiones y las emociones, la violencia, la decepción y el miedo, componentes fundantes en los procesos de dominación política colonialista. Sostiene sus argumentos principalmente en fuentes documentales, con un fuerte aporte de la memoria narrada por quienes protagonizaron los hechos analizados. En este escenario, concluye que el pueblo shuar no aparece como un actor pasivo, sino que muestra sus habilidades de negociación frente al mensaje de dominación que les llega desde el poder.

 

Referencias

 

Abrams, Philip. (1977) 2000. “Notas sobre la dificultad de estudiar el estado”. Virajes, 2: 79-98.

Dourojeanni, Axel. 1994. “La gestión del agua y las cuencas en América Latina”. Revista de la Cepal, 53: 111-127.

Krupa, Christopher, y David Nugent. 2015. “Off-centered States. Rethinking State Theory through an Andean lens”. En State Theory and Andean Politics, editado por Christopher Krupa y David Nugent, 1-34. Filadelfia: University of Pennsylvania Press.

Murray Li, Tania. 2005. “Beyond the State and Failed Schemes”. American Anthropologist 107 (3): 383-394.

Nugent, David. 1994. “Building the state, making the nation: the bases and limits of state centralization in “modern” Perú”. American Anthropologist 96 (2): 333-369.

Ortiz, Cecilia. 2017. “Las ‘Exposiciones Orientalistas Salesianas’ de 1943-1944: la puesta en escena de la construcción del Estado en la Amazonía ecuatoriana”. Revista Procesos 45: 65-92.

Santos Granero, Fernando. 2005. “Las fronteras son creadas para ser transgredidas. Magia, historia y política de la antigua divisoria entre Andes y Amazonía en el Perú”. Histórica, 29: 107-148.

Santos Granero, Fernando, y Frederica Barclay. 2002. La frontera domesticada. Historia económica de Loreto (1850-2000). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Stanfield, Michael Edward. 2008. Caucho, conflicto y cultura en la Amazonía Noroeste: Colombia, Ecuador y Perú en el Putumayo, Caquetá, Napo (1850-1933). Quito: Abya-Yala.

Wolf, Teodoro. 1892. Geografía y Geología del Ecuador. Leipzig: Tipografía F. A. Brockhaus.

Zárate, Carlos. 2008. Silvícolas, siringueros y agentes estatales: el surgimiento de una sociedad transfronteriza en la Amazonia de Brasil, Perú y Colombia 1880-1932. Leticia: IMANI (Instituto Amazónico de Investigaciones).