DOSSIER
de investigación
Madres, padres y representantes en la educación durante
la pandemia. La
dicotomía rural-urbana en Ecuador
Mothers, fathers, and
guardians in education during the pandemic.
The rural-urban dichotomy in Ecuador
Dr. Juan Cárdenas-Tapia. Docente-investigador. Universidad Politécnica Salesiana.Ecuador.
(jcardenas@ups.edu.ec) (https://orcid.org/0000-0001-9110-6983)
Dr. Fernando Pesántez-Avilés Docente-investigador. Universidad Politécnica Salesiana. Ecuador.
(fpesantez@ups.edu.ec) (https://orcid.org/ 0000-0003-1799-0795)
Dr. Angel Torres-Toukoumidis Docente-investigador. Universidad Politécnica Salesiana. Ecuador.
(atorrest@ups.edu.ec )(https://orcid.org/0000-0002-7727-3985)
Recibido: 13/10/2021•Revisado:
25/03/2022
Aceptado:
30/05/2022 •Publicado: 01/09/2022
Cómo
citar este artículo:
Cárdenas-Tapia, Juan, Fernando Pesántez-Avilés y Angel
Torres-Toukoumidis. 2022. “Madres,
padres y representantes en la educación durante la pandemia. La dicotomía
rural-urbana en Ecuador”. Íconos. Revista de Ciencias
Sociales 74: 95-115. https://doi.org/10.17141/iconos.74.2022.5226
En este artículo se analiza la implicación de las madres,
los padres y representantes legales en el aprendizaje activo de niños y niñas
que cursan grados de primaria y secundaria en un escenario particular: la
enseñanza en línea durante la pandemia por la covid-19 en Ecuador. Para ello,
se aplicó un cuestionario de 45 preguntas a una muestra de 6206 personas
segmentadas según su zona geográfica. En el área rural, el grado de
involucramiento en el proceso de enseñanza-aprendizaje virtual se refleja, particularmente,
al establecer el horario de sueño y en la aceptación por parte de los y las
estudiantes de las críticas sobre las actividades realizadas. Para la zona
urbana, se evidencia el manejo del enojo de los niños y las niñas, y el
reconocimiento de sus fortalezas en las asignaturas. En cuanto a las
estrategias, en el área rural aumenta la presión de progenitoras/es sobre
educandos y educandas a fin de que realicen las actividades escolares, en tanto
que, en la urbana, dialogan más con sus hijos e hijas cuando pierden el
control, prestando más atención a sus emociones y necesidades. Así, la
diferenciación se condensa en la siguiente expresión: en las zonas rurales, las
madres, los padres y representantes se enfocan en la disciplina, mientras que
en las urbanas se orientan hacia el espectro académico y emocional.
Descriptores: Ecuador; educación virtual;
pandemia; papel de la familia; zona rural; zona urbana.
This article analyzes the involvement
of mothers, fathers, and legal guardians in the active learning of children in
primary and secondary schools in a particular scenario: online learning during
the COVID-19 pandemic in Ecuador. For this purpose, a 45-question survey was
applied to a sample of 6,206 people, segmented according to their geographic
areas. In the rural area, the degree of involvement in virtual
teaching-learning processes is reflected, in particular, in the establishment
of sleep schedules and the acknowledgement by student of criticisms of their
activities. For the urban area, children’s anger management and the recognition
of their strengths in subject matters are evident. In terms of strategies, in
rural areas, parents put more pressure on students to carry out school
activities, whereas in urban areas, parents talk more with their children when
they lose control, paying more attention to their emotions and needs. Thus, the
differentiation is summarized in the following expression: in rural areas,
mothers, fathers, and guardians focus on discipline, while in urban areas they
are oriented towards the academic and emotional spectrum.
Keywords:
Ecuador; virtual education; pandemic; family roles; rural areas; urban areas.
1. Introducción
La escuela en toda su extensión incluye a distintos
actores, entre ellos están las madres, los padres y representantes legales, a
quienes de manera histórica se les ha atribuido la responsabilidad primera de
formación dentro del núcleo familiar. Justamente, los antecedentes de esta institución
educativa se fundan sobre la familia, y luego la primera adopta supremacía en
cuanto al deber de formar y educar a la persona. La escuela suplantaba a la
familia, al punto de que profesorados de épocas no muy lejanas a la actual
sustituían con plenos poderes a las madres y los padres, acción denominada como
in loco parentis (Garreta
2007).
Esta sustitución de la figura progenitora o representante
por la del docente advertía en gran medida el grado de autoridad que
representaba aquella persona que tenía la profesión de enseñar. De alguna
forma, se instaló en el imaginario colectivo que quien instruye no solo tenía
la potestad para formar, sino también para castigar.
Con ello, la escuela en cierta parte de su historia
también sembró su autoridad sobre la base de metodologías conductistas de
aprendizaje poco didácticas y sin necesariamente cumplir su objetivo de
instancia promotora de proyectos de vida o, como lo señala Perrenoud (2012),
para la existencia individual, profesional y ciudadana.
Reconociendo tales antecedentes y ante la crisis mundial
por la covid-19, se acrecienta la preocupación por la educación, en especial,
por el encargo generalizado que madres, padres y representantes depositaron en
los establecimientos escolares, muchas veces malentendiéndose aquello como un
encargo unilateral que no requería reciprocidad en la acción educativa. Ribeiro
et al. (2021) manifiestan las múltiples problematizaciones producidas en el
nodo familiar debido al proceso de aprendizaje desde casa durante la pandemia;
resumiendo tales problematizaciones se puede citar la creación de nuevos
patrones de interacción, la búsqueda del balance entre el trabajo y el tiempo
familiar, el apoyo a las madres y los padres sobre las nuevas tecnologías, y la
necesidad de generar nuevos modos de colaboración entre varios actores:
colegios, docentes, madres y padres.
Esta situación reconfiguró el rol de la familia hacia una
situación nunca experimentada, que evidenció cambios en el ritmo de
aprendizaje, estimación de las necesidades individuales y las nuevas barreras
económicas entre pares (Spinelli et al. 2020).
Se produjo así una serie de retos y procesos que se
analizarán en este artículo desde el prisma de las estrategias activas de la
enseñanza.
Youn, Leon y Lee (2012), casi 10 años antes de la
pandemia, ya avisaban la necesidad de acompañamiento y supervisión de madres,
padres y representantes en el aprendizaje mediado por la tecnología e invitaban
a un involucramiento activo sobre el contenido impartido en clases. Estas sugerencias
quizás no han sido tan atendidas después de todo; véase el caso que exponen
Lase et al. (2022) sobre Indonesia, país con un 96 % de alfabetización, donde
quienes supervisan las tareas escolares en el núcleo familiar
afirman que durante la pandemia existía escasa infraestructura en tecnologías
de información y comunicación, refiriéndose a internet, dispositivos digitales,
electricidad, falta de conocimientos tecnológicos y una preferencia hacia el
aprendizaje tradicional.
Dentro del contexto latinoamericano, particularmente el
de Ecuador, en el que se vislumbra una gobernanza isotrópica con frecuentes
rediseños institucionales (Villacís 2021), madres, padres y representantes
tuvieron que reinventarse de acuerdo con la realidad económica y educativa.
Cóndor Chicaiza et al. (2021) ahondan en este asunto admitiendo la incidencia
de externalidades –el desempleo, el fallecimiento de familiares y la escasez de
recursos–, a las que se suman problemáticas internas como los ajustes de los
requerimientos educativos y la falta de seguimiento por parte del personal
docente a madres y padres.
Todo lo mencionado repercute directamente en la
formalización del valor agregado de la investigación en la que se basa este
artículo. Evidencia la necesidad de indagar aún más en el papel que desempeñan
progenitoras/es y representantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje
aplicado en la educación remota mientras transcu-rría la pandemia.
2. La familia y su
tutoría en la educación
Así como la educación supone un derecho, también encarna
obligaciones. En el caso de las madres y los padres de familia supone la
delegación tácita de la sociedad sobre el cuidado de sus hijos e hijas, pues su
educación repercute luego en su formación en cuanto ciudadano o ciudadana. Del
mismo modo, las figuras materna y paterna devienen en tutores encargados de
administrar lo que a sus descendientes les pertenece por naturaleza: el derecho
a educarse. Entonces se puede decir que el rol de tutor es de carácter natural
en madres y padres, y ha estado íntimamente ligado a los comportamientos
morales y éticos.
Un buen ejemplo de lo señalado en el espectro educativo
es el estudio de Yuste y Pérez (2008), pues muestra que entre las causas
primeras de conductas violentas en la escuela estaban la despreocupación de
madres/padres/tutores hacia la educación de sus hijos e hijas y la observación
de episodios violentos entre quienes conforman el núcleo familiar. Las madres,
los padres y representantes también juegan un papel importante en el proceso de
formación; su implicación en la educación mediante la revisión de las
decisiones institucionales, la supervisión de los resultados de aprendizaje y la
valoración de la transparencia comunicativa respecto a la calidad de la
enseñanza aseguran una relación positiva en el rendimiento académico de los y
las jóvenes (Sánchez Oñate, Reyes Reyes y Villarroel Henríquez 2016).
Complementariamente, se debe entender que la vinculación
de la familia es una cláusula sine qua non para el
desarrollo académico y humano del estudiantado. Por una parte, coadyuva a
solventar las distintas particularidades de las comunidades educativas a través
de un liderazgo constante orientado al perfeccionamiento profesional del cuerpo
docente, y, por otra, enriquece el proceso de enseñanza con iniciativas de
proyectos innovadores, favoreciendo, a su vez, un ambiente socialmente positivo
e influyendo en la mitigación de los obstáculos (Larraín y León 2020).
Respecto a los obstáculos, la humanidad transita un
momento de crisis causado por la covid-19, que ha perjudicado a todas las
esferas incluyendo la educativa. Ha llevado a un redimensionamiento aún más
amplio del rol de tutorado que desempeñan madres, padres y representantes,
quienes asumieron un deber y una potencial acción cooperativa más allá del
intercambio mercantil que involucra la inscripción a cambio de un conocimiento
técnico y dirigido hacia el comportamiento social.
Existen múltiples investigaciones que han analizado los
roles parentales hacia la enseñanza durante la pandemia; entre estas destaca la
de Vázquez Soto, Moreno y Rosales (2020), quienes admiten que madres y padres
no han podido proveer de una enseñanza efectiva por desconocimiento de
estrategias y contenidos pedagógicos. En efecto, Dong, Cao y Li (2020)
mencionan cierto desapego de estas figuras familiares hacia los valores y
beneficios de la enseñanza en línea, que es rechazada en primera instancia por
la falta de tiempo y de conocimientos profesionales.
En este contexto, la modalidad virtual de la educación
precisa un ambiente propicio para la implementación de ciertas estrategias
pedagógicas de manera eficiente aunadas en la bidireccionalidad (Baum y McPherson 2019). Su aprovechamiento ha sido ambiguo;
autores como Zhang et al. (2020) la muestran como una parte integral y central
de la educación para las nuevas generaciones, pues amplía la escala de acceso a
la educación y ofrece nuevas oportunidades de innovación, pero otros reverberan
su uso como un complemento que asiste a la educación tradicional (Gu 2022).
En Latinoamérica, escenario singular para la
incorporación de la modalidad en línea, se han manifestado varios retos, que si
bien ha transcurrido más de una década de los hallazgos presentados por
Scagnoli (2009), se han visto afirmados posteriormente por Riofrío-Calderón y
Ramírez-Montoya (2022): falta de familiaridad del personal docente con las
tecnologías de la información y comunicación; carencia de planificación,
desarrollo y producción de material multimedia relacionado con el contenido;
escasez de opciones de accesibilidad a internet; deficiencias en la
profesio-nalización sobre didácticas conectadas al ámbito de la enseñanza
virtual y ausencia de políticas públicas que apoyen este tipo de
intervenciones.
En la etapa pandémica, para amortiguar la situación de
emergencia y conociendo las múltiples problematizaciones exhibidas ut supra, se dispuso un tecnocentrismo forzoso y
solucionismo tecnológico a fin de arrostrar el confinamiento y las dificultades
de la enseñanza (Román-Mendoza y Suárez-Guerrero 2021). Otra carga se sumó al
ámbito familiar, pues sus integrantes tuvieron que convivir con una apropiación
distinta en la enseñanza de sus descendientes/representados; en palabras
técnicas de Layne (2022), se debía atender con urgencia al
microsistema educativo, es decir, la influencia de madres/padres/tutores y
docentes en el desarrollo estudiantil mientras duraba la emergencia sanitaria.
Esta premisa desencadena en la siguiente interrogante:
¿cómo debe ser ese apoyo de las madres, los padres y representantes en los
espacios virtuales? Curtis (2013) en prepandemia ya previó que las acciones
parentales deben estar destinadas a monitorizar las actividades, aplicar la
mentoría para efectivizar los resultados y motivar emocionalmente a seguir
participando en el aprendizaje.
Bajo esta tesitura, Daniel (2020) detalla que en una
situación de crisis donde entra en juego la privación de libertades, las instituciones
educativas deben tener una comunicación frecuente con las madres, los padres y
representantes sobre las actividades y nuevas acciones del sistema escolar. En
tal sentido, Meler (2020) concluye que por factores asociados a la vocación, la
disponibilidad de tiempo y la autopercepción que tienen las madres y los padres
respecto de su desempeño en la función docente, el rol parental en tiempos de
aislamiento ha sido causal de controversia no solo en función de la educación,
sino que se ha situado como una disparidad de género en el interior del grupo
familiar. Sobresale la labor de la figura materna y femenina, pues los padres
en mayor medida han rehuido de la prestación de apoyo docente por concebir que
sus tareas están más relacionadas con el ámbito externo a la casa.
En ese tenor, se ha vislumbrado a nivel global, regional
y nacional una gama de experiencias que exhiben la complejidad circundante en
el escenario educativo pandémico que incluye a madres, padres y tutores. Desde
China, país de origen del virus, se argumentó que las madres y los padres
experimentaron estrés y continuas preocu-paciones, se vieron obligados a
realizar nuevas labores y tareas que previamente no les estaban asignadas; ello
repercutió en su salud mental (Cui et al. 2021). En India, las madres y los
padres revelaron su inconformidad e insatisfacción con los resultados de
aprendizaje al generarse problemas de concentración y atención en niños/as, lo
cual ha dificultado la aprehensión de aspectos teóricos y prácticos de las asignaturas
(Grover et al. 2021). Sus homólogos en Turquía también mostraron descontento,
aunque de manera parcial, pues estaban de acuerdo con las políticas de cierre
de la escuela, pero disconformes por las desventajas de las clases en línea
(Yarımkaya y Töman 2021).
La información desprendida de los casos antes citados
–China, India y Turquía– permite aseverar que en Croacia acontece una
problematización similar, salvo en que admiten, como aspecto positivo, la
constante comunicación entre docentes y madres y padres de familia. Sin
embargo, muestran incomprensión del alto nivel de dependencia de los niños y
las niñas hacia sus profesores, enfatizando su falta de autonomía en las tareas
y en el desarrollo del contenido (Slovaček y Čosić 2020).
En Latinoamérica, en el estudio transaccional realizado
por Polanco-Fajardo et al. (2020) sobre el papel de madres/padres/tutores en el
aprendizaje en línea, se valora las experiencias de Colombia, Venezuela y
Ecuador reconociendo el desconocimiento sobre didácticas y herramientas
pedagógicas en el contexto virtual, pues se apela únicamente a estrategias
conductistas. De forma específica, en Ecuador, objeto de estudio de nuestra
investigación, se añaden otros flagelos que alteran el proceso de aprendizaje,
entre ellos, progenitores/as con analfabetismo funcional, altos niveles de
estrés, poca información sobre el uso de las tecnologías de la información y
comunicación, priorización de otras necesidades como empleo y cuidados
orientados a la bioseguridad (Aguilar-Gordón 2020). En síntesis, el principal
problema en Ecuador es la desigualdad (Bermeo-Chalco, García-Herrera y
Mena-Clerque 2021). Por ello, este artículo se concentra en valorar si
efectivamente existe una diferenciación entre las poblaciones rurales y
urbanas.
3. Estrategias de
madres-padres-representantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje
La relación existente entre madres-padres-representantes
con el proceso de enseñanza-aprendizaje acontecido en la pandemia de la
covid-19 refleja la necesidad de asentar el conjunto de competencias mínimas
dirigidas al aprendizaje desde casa. Una década previa a esta coyuntura,
Martínez-González (2009) presentaba un guía de 12 estrategias con sus 39
competencias educativas asociadas a la implicación de las madres, los padres y
representantes en la formación, tomando en cuenta su rol en la transferencia de
conocimientos, desarrollo de actitudes, valores personales y habilidades
técnicas.
Unos meses antes de que iniciara la crisis sanitaria,
Axford (2019) resumía que las prácticas familiares se concentraban en tres
dimensiones: expectativas, actitudes y comportamientos. De estas partían siete
indicadores: comunicación con los niños y las niñas, uso de tecnologías para
monitorizar el desempeño estudiantil, supervisión de tareas, lecturas
compartidas, asistencia a las actividades escolares, comunicación con la
escuela y creación de un ambiente positivo en casa para el aprendizaje. A fin
de cuentas, Thomas et al. (2019) vislumbraban que el rol parental se orientaba
hacia un soporte del aprendizaje impartido en clase. Se ha demostrado que hay
un mayor desarrollo metacognitivo cuando existe mayor autonomía, pero mayor
motivación en el aprendizaje cuando las madres, los padres y representantes se
encuentran más involucrados en las actividades.
Sin embargo, ante lo citado, que da cuenta de una
histórica relación familia-educación, también se debe ser consciente de ciertos
factores que no necesariamente nutren este diálogo. Para Talavera (2020) serían
por lo menos tres los que han estado siempre presentes:
a) la realidad académica de muchas familias es escasa y
no poseen las herramientas y mucho menos, las estrategias para generar un
proceso de aprendizaje, (b) la familia tiene que responder a las
exigencias propias de sus compromisos adquiridos, tales como estudio y trabajo,
entre otros, y (c) la falta de recursos tecnológicos que permita la
comunicación efectiva entre familia y escuela (Talavera 2020, 181).
Al momento que los entes gubernamentales iniciaron con
las políticas de confinamiento y suspensión de actividades presenciales, en el
trabajo de Huang et al. (2020), avalado por la UNESCO, se proponía una guía con
retos y estrategias dirigidas a las madres, los padres y representantes, y
orientadas al aprendizaje activo. Antes de discurrir en las especificidades de
dicho documento, conviene definir la noción de aprendizaje activo como un
método pedagógico que promueve la participación de los y las estudiantes
produciendo un impacto significativo en su aprendizaje cuando se aplican de manera
efectiva (Khan et al. 2017). De hecho, Amir et al. (2020) demuestran la
idoneidad de su aplicación durante la pandemia.
Ahora bien, en cuanto a los retos de la enseñanza en casa
se declara la dificultad del autocontrol de los y las estudiantes (Plowman et
al. 2012; Lau y Lee 2020), lidiar con la ansiedad del aprendizaje de niños y
niñas (Hwang y Hariyanti 2020), falta de interés por estudiar (Grindal et al.
2016; Garbe et al. 2020), adicción a los dispositivos electrónicos (Drane,
Vernon y O’Shea 2020; Tour 2019) y actos de rebeldía que se oponen a los
objetivos de aprendizaje (Franky y Chiappe 2018; Restian 2020). Entre algunas
de las estrategias para conciliar estos flagelos se encuentran: potenciar la
búsqueda de la diversión en las clases (Sutarto, Sari y Fathurrochman 2020),
superar la adicción a la tecnología (Willis et al. 2020) y proveer de
estrategias para mejorar la comunicación (Drouin et al. 2020).
Conociendo a priori estas
problemáticas, se puede entrever que hasta el día de hoy no existen investigaciones
científicas que se focalicen en el rol de las madres, padres y representantes
en la crisis sanitaria sobre un país latinoamericano, y menos todavía que
sistematicen la implicación de los mismos respecto a su área geográfica. Por
ende, las preguntas que sustentaron la investigación que aquí se presenta
fueron las siguientes:
• ¿Cuál es el rol actual que las madres, los padres y
representantes mantienen en relación con la educación en pandemia?
• ¿Qué estrategias de aprendizaje activo tienen las
madres, los padres y representantes en la enseñanza remota?
• ¿Qué estrategias de aprendizaje activo es necesario
incorporar por parte de las madres, los padres y representantes para
efectivizar la enseñanza remota?
• ¿Existe alguna diferencia entre el rol de las madres,
los padres y representantes de zonas rurales y urbanas en cuanto a las
estrategias utilizadas en la enseñanza remota?
A partir de lo expuesto, las cuatro interrogantes
determinan el escenario presentado en este artículo, al cual se responde a
través del objetivo general y los específicos.
El primero es
analizar el rol de las madres, los padres y representantes legales en la
enseñanza virtual durante la pandemia. Para ello, se trazan los siguientes
objetivos específicos: 1) identificar las estrategias de aprendizaje activo
utilizadas por madres, padres y representantes concernientes al autocontrol,
ansiedad, interés, adicción tecnológica y desobediencia de los jóvenes durante
la enseñanza remota; 2) contrastar el uso de estrategias de aprendizaje activo
por parte de madres, padres y representantes en el ámbito rural y urbano en la
enseñanza remota. Paralelamente, se desarrolla una hipótesis nula H0 presentando la independencia entre las zonas
rural y urbana y las estrategias de aprendizaje activo, y otra hipótesis
alternativa H1 , que rechaza la hipó tesis nula, demostrando la
asociación entre estas dos variables.
4. Metodología
La investigación se orientó hacia un enfoque inductivo y
se utilizaron herramientas cuantitativas para la recopilación de datos con base
en un diseño descriptivo-correlacional en función del objeto de estudio. El
propósito que fija dicho diseño responde a su prescripción para ajustarse a
comparativas basadas en la medición de datos. De forma particular, se revisó la
información obtenida sobre la tendencia en el uso de estrategias de aprendizaje
activo, seguido de la especificación entre la variable independiente, zona
geográfica-rural/urbana, y la variable dependiente, retos para madres, padres y
representantes ante la educación en casa durante la pandemia.
Para la recopilación de datos, se empleó un cuestionario
originado según los indicadores propuestos por Huang et al. (2020), compuesto
por 48 preguntas organizadas de la siguiente manera: información demográfica (6
preguntas), autocontrol (9), ansiedad (8), interés por aprender (6), adicción a
dispositivos electrónicos (8) y acciones rebeldes (11). Respecto al formato de
las interrogantes en 42 de las 48 se utilizó la escala de Likert de cinco
niveles: siempre, casi siempre, a veces, casi nunca y nunca, en correspondencia
con las dimensiones referentes al aprendizaje activo desde casa. Mientras que
en las seis preguntas restantes, que contienen la información sobre los datos
demográficos, se optó por un formato multivariante de opción múltiple.
Continuando con la descripción del cuestionario, se puede
agregar que las 48 preguntas fueron validadas desde las perspectivas
cualitativa y cuantitativa. Desde la cualitativa, se procedió mediante la
evaluación de contenido llevada a cabo por el juicio de 10 expertos
pertenecientes al área de educación. Según Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez
(2008), esta estrategia metodológica le otorga validez a la operacionalización
de ítems de los cuestionarios. Los siguientes criterios se usaron para
seleccionar a los expertos: al menos ocho años de experiencia académica,
disponibilidad e investigación conectada a la inclusión, tecnología de
educación y formación de madres y padres. Compendiando sus comentarios, se
revisaron aspectos formales Madres, padres y representantes en
la educación durante la pandemia y funcionales del cuestionario, la redacción,
formato, escalamiento, y las opciones de respuesta y enunciados. Las
precisiones realizadas por los expertos implicaron los siguientes ajustes en el
diseño del cuestionario:
• Modificación de la escala de actitudes: se empleó
“siempre, la mayoría de las veces sí, algunas veces sí, algunas veces no, la
mayoría de las veces no, nunca” en lugar de “siempre, casi siempre, a veces,
casi nunca, nunca”, para mejorar su lectura.
• Cambio en la redacción de las preguntas 6.1, 6.2, 6.3,
7.5, 12.2 y 15.4.
• Incorporación de los rangos de edad de las hijas e
hijos representados.
• Restructuración de la redacción de algunas preguntas
debido a la complejidad que implicaba el uso de determinadas categorías
teóricas
Tras los cambios desde la perspectiva cualitativa, se
procedió con la cuantitativa realizando un pilotaje al 20 % de una muestra de
830±40 madres, padres y representantes de Ecuador, con un nivel de confianza de
99 % y un margen de error del 2 %; se obtuvo un pilotaje de160 personas
encuestadas. En función de dicha muestra, se calculó la fiabilidad con el Alfa
de Cronbach –tabla 1– y la validez, mediante el análisis de componentes
principales, derivando en la prueba de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y Bartlett
(Gallego y Araque 2019) –tabla 2– y la diagonal de la matriz de correlación antimagen (Suárez 2007).
Tabla 1. Estadísticas de fiabilidad
Alfa de Cronbach
|
Alfa de Cronbach basada en elementos estandarizados
|
N.º
de elementos |
0,789 |
0,846 |
42 |
Elaboración
propia.
Tabla 2. Determinante, prueba KMO y
Bartlett
Determinante |
2,151E-10 |
|
Medida Kaiser-Meyer-Olkin de adecuación de muestreo |
0,667 |
|
Prueba de esfericidad de
Bartlett |
Aprox. chi-cuadrad |
3431,722 |
gl |
861 |
|
Sig. |
0,000 |
Elaboración
propia.
La fiabilidad de los 42 ítems demuestra que el
cuestionario contiene un coeficiente que se aproxima a 1, por ende, se puede
considerar que la escala cumple con una con-sistencia interna. En cambio, para
la validez, el determinante de la matriz de correlaciones arrojó un valor 0, lo
que indica que el grado de intercorrelación de las variables es
muy alto. Este valor fue confirmado por la significatividad asociada al test de
esfericidad de Bartlett, que es 0,000, por lo que se pudo rechazar la hipótesis
nula de correlación entre variables. También el KMO lanzó un valor superior a
0,753, de ahí que, según este indicador, la matriz de datos resulta apropiada
para realizar sobre ella la factorización. Específicamente, se calcularon
valores de agrupación y peso de cada variable a través de la diagonal de la
matriz de correlación antimagen procediendo a discriminar aquellas alejadas a 1
y cercanas a valores negativos. De tal procedimiento resultó la extracción de
las siguientes preguntas por falta de homogeneidad grupal:
Pregunta 10.3. Como madre/padre,
conoce usted las motivaciones de su hijo/a sobre las asignaturas que está
aprendiendo.
Pregunta 12.1. Las madres y los
padres utilizan material impreso sobre la clase.
Pregunta 14.2. Las madres y los
padres se comunican continuamente con su hijo/a.
Posterior al pilotaje, quedó definida la encuesta con 45
preguntas, de las cuales, de tipo
nominal con escalamiento de Likert y 6 nominales-demográficas. A partir de allí
se realizó la conducción de la encuesta a 6206 madres, padres y representantes
administrando la solicitud mediante el soporte del proceso de
enseñanza-aprendizaje de la plataforma ESEMTIA, donde se reflejó la encuesta
diseñada en Google Forms.
Se aplicó entre el 22 de febrero de 2021 y el 20 de abril
de 2021 y los datos fueron extraídos en SPSS v. 25. Teniendo en cuenta que se
tratan de ítems principalmente nominales, se condujo el cálculo de estadísticos
descriptivos, tablas cruzadas, pruebas de Chi-cuadrado de Pearson con el fin de
demostrar el nivel de significancia – p menor a 0,05–
entre cada una de las dimensiones expresadas sobre el aprendizaje activo y la
zona rural/urbana.
5. Resultados
En primer lugar, haciendo referencia a los estadísticos
descriptivos obtenidos respecto a los datos iniciales: género, zona geográfica,
número de hijos/as, institución a la que asisten, número de dispositivos
tecnológicos y la consideración de tomar en cuenta la enseñanza virtual a
través de métodos activos, se evidencian la participación de 4328 (69,7 %) hombres y 1878 (30,3 %)
mujeres. Por su parte, 5111 (82,4 %) pertenecen a
zonas urbanas y 1095 (17,6 %) a zonas rurales.
Respecto a las instituciones participaron madres, padres y representantes de 11
centros educativos de Ecuador, obteniendo así una foto estática del país: Quito
(34,2 %), Cuen-ca (22,2 %),
Riobamba (12 %), Macas (6,5 %),
Ibarra (5,7 %), Manta (4,7 %),
Guayaquil (4,4 %), Esmeraldas (4,2 %),
Paute (2,4 %), otros (2,1 %),
Zaruma (0,9 %) y Cayambe (0,7 %).
La consulta sobre el número de dispositivos tecnológicos
utilizados en casa para la enseñanza virtual en proporción con el número de
hijos e hijas consta en la tabla 3.
Tabla 3. Número de hijos/as en la enseñanza virtual y número de
dispositivos móviles
Elaboración
propia.
En este sentido, se puede observar que en algunos casos
no existe proporcionalidad entre el número de dispositivos orientados a la
enseñanza virtual y el número de descendientes que reciben clases virtuales. De
allí valdría la pena resaltar que el 54 % de las
madres y padres con tres hijos/as poseen tan solo dos dispositivos móviles; el
90 % de quienes tienen cuatro hijos/as solo tienen
tres o menos equipos; y entre quienes tienen cinco o más hijos/as, el 97 % posee cuatro dispositivos tecnológicos o menos.
Por último, en esta sección se presenta una perspectiva
optimista sobre la incorporación del aprendizaje activo dentro de la modalidad
virtual, ya que el 81,5 % de las madres y los padres
consideran que es posible utilizar metodologías participativas, mientras que el
10,6 % emite su negativa y el 7,9 %
se encuentra dubitativo.
Asociación de la zona geográfica con las dimensiones de
la metodología del aprendizaje activo
y participativo en la enseñanza virtual
Para reflejar la asociación entre la zona geográfica y
las distintas dimensiones del aprendizaje activo, se aplicó la prueba de
Chi-cuadrado de Pearson a las 39 interrogantes exhibiendo que tan solo en siete
se formaliza una significación asintótica bilateral menor a
0,05. Ello permite rechazar la hipótesis nula y aceptar la hipótesis
alternativa asentando la dependencia entre las variables. Específicamente, la
dependencia se encuentra en las siguientes dimensiones:
6.3. ¿Qué tan difícil le resulta
dormir en un horario fijo en la noche?
7.2. Al momento que el niño o la
niña pierde el control, ¿establece estrategias de diálogo?
8.2. Crítica por parte de su
hijo/a respecto a las actividades de clase 8.3. Enfado de su hijo/a respecto a
las actividades de clase 9.5. Presión de las madres y los padres a sus hijos/as
en cuanto a las actividades de clase 10.2. Como madre/padre, ¿conoce usted las
fortalezas de su hijo/a sobre las asignaturas que está aprendiendo?
15.1. ¿Las madres/los padres
prestan atención a las emociones y necesidades actuales de sus hijos/as en la
vida?
Tabla 4. Chi cuadrado en siete variables según su correlación con
zona geográfica
Elaboración
propia.
En primer
lugar, en la dimensión autocontrol, indicador “retos de autocontrol”, el ítem
6.3, referido a dormir en un horario fijo en la noche, es el primer ítem donde
se cumple un p<0,05 –ver tabla 4–. La tendencia se
concentra en la opción “a veces” para ambas zonas geográficas –rural (40,7 %) y urbana (37,9 %)–; mientras
que, si se adiciona “casi siempre” con “siempre”, para la zona rural se obtiene
un 29,5 % y para la urbana 25,7 %.
Se evidencia así que en las zonas rurales es más común establecer un horario
para dormir que en las zonas urbanas.
Continuando con la dimensión autocontrol, pero referente
al indicador “estrategias utilizadas por madres, padres y representantes para
fomentar el autocontrol de los niños y las niñas”, el ítem definido como 7.2
“al momento que el niño o la niña pierde el control, ¿establece estrategias de
diálogo?” de forma detallada, tanto en las zonas rurales y urbanas el 78,4 % de las madres, los padres y representantes se comunican
con los niños y las niñas que están sufriendo un momento de intemperancia.
Precisamente, en zonas urbanas se testimonia el 79,3 %
y en zonas rurales el 74,5 %.
En contraste, la dimensión referida a la ansiedad, dentro
del indicador “retos de la ansiedad”, el ítem 8.2. “crítica por parte de su
hijo/a respecto a las actividades de clase” se presenta indecisión en ambas
zonas geográficas pues el 40,9 % respondió “algunas
veces sí, algunas veces no”. Esto significa que las
madres y los padres no per-ciben una opinión de sus hijas/os estudiantes hacia
las tareas. Sin embargo, en este caso, en la zona rural (37 %)
a diferencia de las zonas urbanas (28,2 %), se muestra
con mayor frecuencia esa actitud por parte de los niños y las niñas. En cambio,
para el ítem 8.3. “enfado de su hijo/a respecto a las actividades de clase”, se
presenta cierta pasividad del alumnado, ya que los datos permiten verificar que
de modo general las madres, los padres y representantes no observan este tipo de
compartimiento en sus descendientes con el 43,4 %; de
forma segmentada, niños y niñas en zonas rurales son más propensos a molestarse
sobre las tareas realizadas bajo la modalidad virtual.
Se prosigue con los datos significativos en la dimensión
de la ansiedad, indicador 9. “estrategias utilizadas por madres, padres y
representantes para enfrentar la ansiedad de los niños y las niñas”,
específicamente con el ítem 9.5. “presión de las madres y los padres a sus
hijos/as en cuanto a las actividades de clase”. A diferencia de las cifras
anteriores se manifiesta que la mayoría de las madres y los padres se
encuentran en la obligación continua de proveer seguimiento a las tareas que
realizan sus hijos/as. Si bien en las zonas rurales se percibe con mayor frecuencia
(55,5 %), en las zonas urbanas también se presenta
como acción asidua (49,1%).
En la dimensión llamada “interés en aprender”, solo uno
de los indicadores orientados a los retos demuestra asociatividad entre la
variable zona geográfica y el ítem 10.2. “como madre/padre, ¿conoce usted las
fortalezas de su hijo/a sobre las asignaturas que está aprendiendo? Llama la
atención que aunque las personas encuestadas no conocen con claridad las
asignaturas que su hijo/a está aprendiendo, admiten que este/a tiene fortalezas
en algunas de dichas materias. En este ítem se obtiene una
totalidad de 89,9 % en sumatoria del promedio
“siempre” y “casi siempre”; al fraccionar entre zona rural (87,1 %) y urbana (90,4 %), se nota en
la segunda una mayor preponderancia.
En la dimensión “adicción a dispositivos electrónicos”
los ítems se presentan con independencia de la zona geográfica, por ende, no se
profundiza ni en los retos ni en las estrategias. Sin embargo, en la dimensión
“acciones rebeldes” solo se presenta dependencia en el ítem 15.1. “las madres y
los padres prestan atención a las emociones y necesidades actuales de sus
hijos/as en la vida”. Cabe mencionar que es el ítem con mayor aceptación, es
decir, las madres y los padres se enfocan más hacia el sentido emocional de sus
vástagos durante las clases que hacia las aptitudes escolares. Como se
evidencia en la tabla 5, los resultados del entrecruzamiento demuestran que en
este aspecto la zona urbana supera a la rural.
Tabla 5. Correlación entre la realización de actividades
divertidas y la zona geográfica
Elaboración
propia.
6. Discusión
En siete de los ítems establecidos se rechaza la
hipótesis nula (H0) apoyándose entonces en la hipótesis alternativa (H ), esto
quiere decir que en efecto existe dependencia 1 entre la zona geográfica y los
retos-estrategias aplicados por madres, padres y representantes en la educación
en casa durante la pandemia. Se puede constatar que aun Madres,
padres y representantes en la educación durante la pandemia cuando existe
diferencia porcentual entre las áreas urbana y rural, en general, existe
dependencia de la zona con las estrategias de aprendizaje activo durante la
etapa aludida.
En primera instancia, se observa cierta paridad respecto
a los retos entre ambas zonas y se hallan patrones predominantes para cada una.
En detalle, el ítem denomi-nado “retos sobre el horario de dormir” referido a
la dimensión de autocontrol y el ítem “crítica por parte de su hijo/a respecto
a las actividades de clase”, perteneciente a la dimensión de ansiedad, arrojan
mayores porcentajes para la zona rural. En cuanto a los comportamientos sobre
el horario de descanso nocturno, un cotejo con la literatura científica previa,
complementado con los resultados obtenidos, indica que si bien los niños
incrementaron la duración del sueño de un 10 % a un 18 % (Brzek et al. 2021), las alteraciones se reflejan en los
intervalos de desvelo producido por la rutina de enclaustramiento
(Wearick-Silva et al. 2022).
En el segundo ítem, las quejas y críticas a las
actividades de clase tienen una base singular expresada con anterioridad en el
marco teórico. De manera específica, la desigualdad tecnológica que afecta a
las zonas rurales de Ecuador deriva en la incomprensión de las actividades
propuesta desde la vía virtual y en la frustración hacia las mismas
(Bermeo-Chalco, García-Herrera y Mena-Clerque 2021).
Los ítems “retos de lidiar con el enfado de su hijo/a
sobre las actividades de clase”, que se conecta con la dimensión de la
ansiedad, y “conocer las fortalezas de su hijo sobre las asignaturas”,
orientado a la dimensión establecida sobre el interés de aprender, se
manifiestan con mayor reiteración en las zonas urbanas. Sobre el primero, se
explica que el enfado es una respuesta emocional común durante la pandemia; al
momento de detectarla, madres/padres/representantes deben actuar diligentemente
con programas de intervención acompañados por la comunidad escolar para así
mitigar los problemas de adaptación mediante una formación orientada a la
inteligencia emocional (Di Giunta et al. 2022). En cuanto al segundo, que se
relaciona con las fortalezas específicas, la virtualidad impuesta por el
aislamiento reporta una mayor autonomía por parte del estudiantado en torno a
las habilidades digitales; el salto intergeneracional en compara-ción con sus
ascendientes, además de las múltiples ocupaciones, avalan la existencia de un
desafío (Williamson, Eynon y Potter 2020) sobre este particular.
7. Conclusiones
En las tres estrategias de aprendizaje activo, las zonas
urbanas contienen una batería mayor de opciones que las zonas rurales. La única
donde prevalece la rural es en la presión ejercida por las madres y los padres
para que sus hijos/as cumplan con las actividades de clase. Este compromiso
hacia la supervisión del tiempo de estudio, acompañamiento y reconocimiento de
las dificultades en zonas rurales incrementó exponencialmente
durante la pandemia (Niovianti y Garzia 2020). En tanto que en las zonas
urbanas se utiliza con continuidad el diálogo cuando niñas y niños pierden el
control, así como la atención a las emociones y necesidades actuales. También
en estas zonas, las estrategias de aprendizaje activo se han centralizado en la
de proveer de un equilibrio ante los estados emocionales fluctuantes a través
de diálogos basados en la confianza y la empatía entre progenitores y
descendientes (Kim, Wee y Meacham 2021).
Aunque con este estudio no se profundizó en las
causalidades de esta diferenciación entre ambas zonas, se pueden inferir
algunas razones de la misma. Por ejemplo, podría mencionarse a la brecha
salarial entre quienes viven en la zona rural y quienes viven en la urbana, el
desconocimiento de las asignaturas impartidas, y el tiempo invertido por las
madres, los padres y representantes legales en el acompañamiento progresivo de
las actividades.
Otro tema muy complejo es que las madres y los padres no
conocen en realidad qué asignaturas están aprendiendo sus descendientes, pero
intuyen que dentro de ellas hay algunas que son de mayor interés para sus
hijos/as.
El estudio también contó con ciertas limitaciones, entre
ellas destacan la aplicación de una metodología que permitiera obtener
suficiente información significativa sobre el aprendizaje en casa y el tiempo
dedicado a la obtención de datos durante un escenario afectado por la pandemia.
Otra limitación evidente ha sido el tiempo limitado para el procesamiento de
datos, los cuales pudieran haberse complementado desde la perspectiva
cualitativa.
Si bien se trata de un estudio descriptivo respecto a la
dicotomía rural-urbana se reflejan tres disyuntivas para futuros estudios. La
primera es continuar con la profundización en la base de datos conformada por
una muestra de 6206 madres, padres y representantes. En segundo lugar, replicar
este tipo de investigaciones nacionales en otros países de Latinoamérica
utilizando el formato de cuestionario validado. Por último, se recomienda
incorporar una revisión de las causalidades del comportamiento de los niños y
las niñas en edad escolar.
Apoyos
El estudio que sustenta este artículo contó con el apoyo
de la Cátedra UNESCO de Tecnologías para la Educación Inclusiva y del Grupo de
Investigación Gamelab de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS).
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