Presentación del dossier
Urbanismo, arquitecturas y diseños feministas
Introduction to dossier
Urbanism,
arquitectures and feminist design
Editores del dossier / Editors of dossier
Dra.
Laura Sarmiento. Profesora asociada. Universidad Nacional
de Tucumán e investigadora adjunta del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) (Argentina).
(lauruch@hotmail.com) (https://orcid.org/0000-0002-2646-3439)
Dra. Inés Moisset. Investigadora adjunta. Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) (Argentina).
(ines.moisset@gmail.com) (https://orcid.org/0000-0002-9887-0826)
Dra.
Natalia Czytajlo. Docente.
Universidad Nacional de Tucumán e investigadora en el Observatorio de Fenómenos
Urbanos y Territoriales (OFUT/CONICET) (Argentina).
(mailto:nczytajlo@herrera.unt.edu.ar)
(https://orcid.org/0000-0001-6215-9306)
Los
artículos que compartimos en este dossier ponen de manifiesto los argumentos y
los insumos para el trabajo comprometido que amerita la arquitectura, el
urbanismo y el diseño desde perspectivas feministas. Hemos reunido aportes a la
investigación en esta área del conocimiento, materiales teóricos y prácticos,
que al mismo tiempo se suman como herramientas transversales para la
comprensión o intervención en el contexto de la pandemia por la covid-19, que
nos ha tocado vivir.
Hay un camino recorrido
que evidencia la particular relación establecida entre las mujeres y la ciudad.
En América Latina, desde la década de los 80 hemos contado con la influencia de
destacadas pensadoras europeas (Ann Schlyter 2003;
Neila Kabeer, Kirsty Milward y Ratna Sudarshan 2013; Chantall Mouffe 1999; Caroline Moser 2015;
Karen Levy, Andrea Rigon y Vanesa Castán 2021; entre
otras), que contribuyeron e incorporaron argumentos a los debates sobre los
temas mujer y vivienda, planificación, ciudad y hábitat desde una perspectiva
de género. Sus aportes fueron ampliados por aquellos de las referentes
comprometidas de la región –por ejemplo, Ana Falú (2016); Liliana Rainero (2018) y Alejandra Massolo
(1998) a partir del accionar de espacios como la Red Mujer y Hábitat. En este
sentido, la agenda urbana feminista constituye un marco de referencia para los
derechos de las mujeres a la tierra, el agua, la vivienda, la ciudad, los
servicios, la no violencia en los espacios públicos, el transporte seguro y
accesible, etc.
Otro
escenario que se suma a los trabajos enmarcados en nuestras disciplinas son los
conflictos urbanos y las luchas por el territorio –intensificadas por la
pandemia de la covid–. En este contexto, los cuerpos
y subjetividades feminizadas son quienes en su habitar cotidiano sostienen y
afirman la vida, y manifiestan una dimensión sensible e invisibilizada de lo
político. Por ello, saben lo que está pasando en las estructuras de sus
realidades territoriales y pueden anticiparse. Justamente, las arquitecturas
feministas se posicionan frente a las amenazas del vínculo forma de
vida-territorio (destrucción, aislamiento, privatización, saqueo, despojo y
dominación) en la vivencia de un feminismo práctico que puede desarmar la
ofensiva patriarcal, colonial, capitalista y extractivista, así como sus
despojos múltiples.
El
presente dossier se inscribe en la siguiente línea de investigación: urbanismo,
arquitecturas y diseño feministas. Con el mismo nombre surgió en 2018 una red
científica en Argentina, que reúne diversos aportes colectivos de referentes y
grupos de trabajo.[i]
Dicha red está orientada a construir nuevas epistemes a fin de interpelar la
concepción patriarcal que prima en estas disciplinas. Asimismo, busca
consolidar una argumentación para garantizar la inclusión del género y de la
diversidad en ellas, y reconocer, a la vez, las iniciativas contemporáneas, los
recorridos y las contribuciones realizadas desde distintos países de la región,
que fortalecen este campo de trabajo.
Las
ciudades se construyen y se planifican desde una idea de la vida cotidiana de
las personas que responde a una concepción neutral, basada en la
división sexual del trabajo y que dicotomiza los espacios en públicos y
privados, históricamente adjudicados al género masculino y femenino
respectivamente. Al mismo tiempo, la sociedad hoy cuestiona esas neutralidades
y dicotomías en todos sus órdenes e incluso amplía las identidades que han sido
omitidas. La mayor parte de lo que se ha escrito sobre las ciudades se ha hecho
prescindiendo del análisis del sujeto que producía el conocimiento, dándose por
sentado que este era un sujeto cognoscente universal, transparente y puro.
Omitir la discusión sobre el género ha dejado sin problematizar un conjunto de
desigualdades que ponen en desventaja a las subjetividades feminizadas. A fines
del siglo XX y comienzos del XXI, tocó a las mujeres, en particular en América
Latina, un acceso generalizado a la conciencia colectiva, a la posibilidad de
repensar o recrear la cultura desde su propia experiencia histórica y presente.
Ello implica asumir una postura crítica frente a las prácticas corrientes, así
como el estudio de discursos o dispositivos que subvierten estereotipos de
género y reconfiguran los sentidos, aspectos esenciales en las políticas y
estrategias de visibilización, acción y
transformación.
Según
Saskia Sassen, las ciudades son dinámicas e
incompletas (Sassen 2014) y no se reducen a lo
material, sino que están conformadas por ideas y valores. Los aspectos críticos
para el análisis de las ciudades, entendidos hoy como puntos de partida, son
aquellos que conducen a determinadas reflexiones y que permiten vincular unos
temas con otros, ir de un lugar a otro. Siguiendo esta metodología, buscamos
dar cuenta de una síntesis conceptual sobre qué se entiende por urbanismo feminista.
Al compilar estas cuestiones, se arroja luz sobre las condiciones de las
mujeres en las ciudades, ya que las urbes no son percibidas ni usadas de la
misma manera por hombres y mujeres. Ellas en general usan la ciudad, acceden a
los bienes y servicios públicos de manera distinta, combinando trabajo
productivo y trabajo reproductivo, las demandas de las familias, con trayectos
cortos, interconectados y un uso fragmentado del tiempo. La vida cotidiana de
las mujeres, sus esferas productivas y reproductivas se desarrollan
mayoritariamente sobre una base física que es su barrio, su entorno próximo.
Reconocer
los procesos de desigualdades socioterritoriales en
las ciudades de la América Latina contemporánea, contemplando no solo la
configuración de procesos de segregación residencial, sino también los
mecanismos de diferenciación social, es el primer vector crítico de género (Czytajlo 2017), que se inscribe en la transversalidad
feminista. Las indagaciones en dicho análisis, así como la interpretación de
las tramas de actores y prácticas que
entran
en disputas, nos dibujan el mapa de las experiencias urbanas de las
subjetividades que habitan espacios segregados. De este modo, es una tarea en
construcción la elaboración de indicadores y dimensiones de los procesos de 9 segregación,
partiendo de reconocer los limitantes de la información cuantitativa y cualitativa,
y sistematizar las indagaciones desarrolladas desde distintas miradas.
Otra
cuestión que ponemos bajo la lupa es la práctica hegemónica del urbanismo
patriarcal, principalmente en su procedimiento de extractivismo
urbano. Este conduce a un proceso de degradación asistida de las ciudades, a la
aniquilación o conversión de las subjetividades urbanas que la habitan,
erradicando o eliminando cualquier tipo de disidencia. Frente a esta acción de
violencia e injusticia, operan en los territorios cuerpos desobedientes
que
manifiestan el otro orden corpoterritorial, una
recreación de la existencia en el modo en que arman su cotidianidad, es decir,
resistencias creativas (Sarmiento 2019) que, de manera reciente, habitan y
recrean tanto la ciudad como las diversas comunidades. Dichas resistencias
sustentan las luchas y la existencia de distintos sectores, en especial, las
comunidades donde quienes habitan la cotidianidad doméstica son mujeres.
En
este sentido se ponen en relieve los debates acerca de los bienes comunes
(Harvey 2014). Estos no se refieren a bienes estáticos y acabados, más bien a
relaciones maleables en función de luchas derivadas de relaciones de
expropiación/apropiación, pues se entiende que los sujetos no preexisten a los
derechos, sino que en la medida en que se producen como tales, originan
principios de apropiación sobre los bienes creados, que implican relación entre
la construcción de sujetos y la territorialidad. En contextos de incertidumbre,
conflicto y diversidad, muchas reflexiones y experiencias nos llevan a la
necesidad de redefinir “lo común” que interpela a las políticas públicas y a
las disciplinas prospectivas para concretar intereses colectivos aceptados por
todos, frente a una trama compleja de intereses y retos, para coproducir un
marco de referencia común. De modo que estas resistencias creativas, lideradas
por mujeres, son en sí mismas referencias de una alternativa política en clave
feminista, ya que organizan una gestión de los bienes comunes más cercana a las
necesidades y deseos de quienes habitan los territorios.
Otro
punto que integra la cuestión feminista aquí planteada es la violencia urbana, que,
en cuanto asunto de derechos humanos, se presenta como tópico central en las
agendas de los gobiernos y la sociedad civil, sin embargo, no siempre es
subrayada la que se ejerce sobre las mujeres y los cuerpos feminizados. Como
académicas de una disciplina situada, nos interpela la evidencia cotidiana de
que las ciudades, espacios patriarcales, coloniales y capitalistas tanto en sus
orígenes como en su gestión del presente– exteriorizan dificultades endémicas
para desarrollar diseños y gestiones de los territorios con perspectiva de
género interseccional. Lo que identificamos como violencias materiales y manifiestas
del urbanismo patriarcal pone en peligro la vida en libertad, justicia y
democracia de los cuerpos feminizados plurales que habitan nuestros territorios
de América Latina.
La
cultura feminicida se ha instalado en calidad de orden político que organiza la
gestión de los cuerpos y los territorios a partir de la hegemonía
pluridimensional de los varones blancos y su control. A lo anterior se suma la espectacularización (Segato
2016), en todo momento, de su capacidad de dominio como estrategia y la consecuente
anulación o aniquilación de los cuerpos feminizados. El orden patriarcal se
apropia de la orientación sensorial recodificando las significaciones y
vivencias de los cuerpos en la ciudad. Despoja las singularidades y la riqueza
de los afectos y las emociones, transformándolo todo en homogéneo, aséptico,
individual e inseguro, garantizando los encierros, operación a la que se sumó
la pandemia por la covid. En este contexto nos
preguntamos: ¿qué urbanismos, arquitecturas y diseños sostenemos y promovemos
en la ciudad?, ¿para sostener y promover qué formas de vida?, ¿cuáles son los
cuerpos, territorios y subjetividades que importan?
Un
tema central que sostenemos respecto a la necesidad teórico-técnica del
urbanismo, las arquitecturas y el diseño feministas se refiere a los temas de
cuidado. Partimos de comprender que la dimensión
cuidadora es una producción subjetiva que se da a partir del trabajo vivo en
acto y en los encuentros entre los cuerpos que participan de su producción. El
trabajo vivo en acto es aquel que ocurre en el momento de la interacción y que
no puede prefabricarse ni estereotiparse, porque se rige por lo que acontece y
circula entre las personas implicadas (Benet, Merhy y
Pla 2016). Consecuentes con esta primera teorización, estamos en proceso de
revisar la producción en la región sobre la temática de género y cuidados y su
vínculo con las políticas públicas en relación con nuestras disciplinas. Así es
que urge situar algunas preguntas. ¿Quién(es) y cómo cuida(n) en la(s)
ciudad(es)? ¿Cómo se articulan la dimensión espacial y el género las políticas
públicas sobre cuidado?
El
presente dossier reúne artículos sobre estos temas que consideramos aportes
fundamentales para la comprensión y el trabajo en línea con la justicia
espacial. La ciudad no es neutra, expresa relaciones de poder y de género. Las
desigualdades se evidencian en múltiples escalas y la exclusión es material,
subjetiva y simbólica. El diseño, las condiciones y la calidad de los espacios
influyen en la restricción, exclusión o apropiación por parte de las personas.
Así, cada vez más iniciativas disruptivas de estereotipos de género se
articulan en el ámbito de lo público, especialmente en relación con el tema de
los cuidados.
Con
los artículos aquí reunidos se busca incorporar algunas referencias a estudios
y experiencias en la región sobre planificación territorial con perspectiva de
género, como desafíos emergentes en el campo de las políticas públicas. La
discusión tiene el objetivo de plantear los desafíos emergentes sobre estos
temas, así como el contexto actual de nuestra región.
En
el artículo “Labores de cuidado y covid-19: cambios en la movilidad cotidia- 11 na
de mujeres en Santiago, Chile”, Catalina Paz Zúñiga-Olave y Marie Geraldine
Herrmann-Lunecke analizan cómo el
confinamiento profundizó la desigualdad de género en diferentes dimensiones y
contextos, y cómo una gran cantidad de mujeres ha debido asumir un rol
reproductivo, realizar labores de cuidado y de tareas domésticas en distintos
entornos, muchas veces más allá el hogar, por ejemplo, en el barrio. Analizan
el impacto de la pandemia en la movilidad cotidiana ligada a las labores de
cuidado de mujeres del barrio San Cristóbal en Recoleta, Santiago de Chile;
donde se observa un cambio en la movilidad cotidiana de las mujeres cuidadoras,
centrada más en la caminata, y recurriendo al entorno barrial para cubrir sus
necesidades básicas.
Le
sigue el artículo titulado “Movilidad y género en contextos de vulnerabilidad:
el caso del Sistema Metropolitano de Tucumán”, de Inés González-Alvo y Natalia Czytajlo. Las
autoras abordan temas vinculados al concepto de movilidad urbana y a las
desigualdades socioterritoriales asociadas a ella.
Presentan una indagación desde la casuística sobre la movilidad cotidiana en
contextos de vulnerabilidad y pandemia en el Sistema Metropolitano de Tucumán y
recuperan reflexiones sobre la importancia de la inclusión de la perspectiva de
género en el urbanismo, desarrolladas en el marco de procesos formativos y
proyectos de investigación. Enfocan la movilidad en relación con las esferas
productivas y reproductivas, asumiendo un concepto fundamental para la
inclusión de la perspectiva de género: la “movilidad del cuidado”.
Por
su parte, Paula Soto-Villagrán, en el artículo “Paisajes del cuidado en
la Ciudad de México. Experiencias, movilidad e infraestructuras”, analiza
los sistemas de transporte como parte relacional de la vida cotidiana de
millones de mujeres que lo utilizan diariamente no solo para estudiar y
trabajar, sino para realizar una multiplicidad de tareas y relaciones que
integran el trabajo de cuidado. La autora caracteriza las relaciones entre
movilidad, cuidados y género, a través del concepto de paisajes del cuidado,
para lo cual retoma los aportes teóricos feministas sobre cuidados y la
tradición teórica de la construcción social del paisaje.
Luego
en el artículo “Planificación urbana, covid-19 y diversidades sexogenéricas en Pereira, Colombia”, Miguel Peraza plantea
los retos significativos que supusieron las reformas al Plan de Ordenamiento
Territorial de esta ciudad, en específico, a las normas que regulan el uso y
ocupación de los espacios públicos, así como la gestión de la pandemia por la
covid-19 en relación con la población LGBTI. Este autor investiga sobre la
incorporación de políticas públicas inclusivas, que benefician a dicha población,
y en las cuales se han involucrado actores institucionales politizados. Refleja
así un ejercicio importante desarrollado en un terreno híbrido respecto de la
lucha de intereses y la negociación sobre un lugar de identidad diversa en el
territorio ganado desde la resistencia de los cuerpos sexualizados. Concluye
con la propuesta de avanzar hacia una ciudadanía sexual y una
territorialización de la diferencia.
Por
último, en el artículo que se titula “Retos al feminismo popular:
intervenciones urbanas en el Pedregal de Santo Domingo, México”, Socorro
Pérez-Rincón Fernández nos muestra un recorrido teórico y práctico por
diferentes aspectos de la intervención urbana y el diseño colaborativo en la
colonia Pedregal de Santo Domingo. La autora sostiene que, para redefinir la
forma de planificar la ciudad, hay que cambiar la representación estereotipada
de la mujer como víctima pasiva y reconocer el rol del feminismo popular en la
construcción activa de sus comunidades; destaca su papel como expertas locales,
su poder de autogestión y sus luchas alrededor de lo esencial (vivienda,
alimentos, economías de supervivencia, agua, recursos naturales, etc.).
De
este modo, hacemos una primera presentación de cuestiones urgentes y necesarias
para seguir trabajando en la construcción de argumentos e insumos desde
perspectivas feministas. Se trata de maneras plurales de abordar el trabajo
significativo y comprometido del urbanismo, las arquitecturas y el diseño, con
el propósito de reparar las heridas que dejó el tiempo pandémico.
Benet,
Mart, Emerson Merhy y Margarida Pla. 2016.
“Devenir cartógrafa”. Athenea Digital 16 (3): 229-243. http://dx.doi.org/10.5565/rev/athenea.1685
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Falú,
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Kabeer,
Neila, Kirsty Milward y Ratna Sudarshan. 2013. Organizing Women Workers in the Informal Economy: Beyond the Weapons of
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En Bioética urbana desde el Sur global: territorialidades bioéticas
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Notas