Presentación del dossier
Urbanismos habitados: vida social del entorno
construido en América Latina
Introduction to dossier
Inhabited urbanisms: The social life of the
built environment in Latin America
Editores
del dossier / Editors of dossier
Dra.
María Gabriela Navas-Perrone. Investigadora
postdoctoral. Universidad de Barcelona (España).
(etnoproyecto@gmail.com) (https://orcid.org/0000-0001-9293-0907).
Dra.
Juliana Marcús. Investigadora.
Universidad de Buenos Aires (Argentina).
(julimarcus@gmail.com) (https://orcid.org/0000-0002-8525-3124).
En
“Urbanismos habitados: vida social del entorno construido en América Latina” se
presentan las transformaciones urbanísticas de la región, en el marco de la
reapropiación capitalista que experimentan las ciudades desde finales del siglo
XX. Autores y autoras analizan, de manera teórica y
empírica, las reformas del entorno construido en urbes de Argentina (Buenos
Aires y Rosario), México (Guadalajara) y Ecuador (Quito), desde un enfoque
socioespacial; han tenido en cuenta los factores económicos y políticos que
intervienen en su producción, así como la dimensión vivida y percibida
inherente al acto de habitar. Así, este dossier contribuye a explicitar el
entramado institucional, discursivo, económico y político de las
transformaciones urbanísticas implementadas bajo políticas de carácter
neoliberal. Tales políticas operan como un dispositivo retórico al servicio de
la mercantilización de la ciudad y las zonas rurales, a través de la acción del
mercado inmobiliario o de actividades extractivistas.
a) la noción de resiliencia y su
instrumentalización en la praxis urbanística para dar continuidad a la
mercantilización de las ciudades sin contradicciones aparentes;
b) las diversas escalas de actuación,
negociaciones e intereses que intervienen en la renovación de la zona costera
de Rosario, sus efectos depredadores sobre el medio ambiente y las prácticas
cotidianas ligadas a la pesca artesanal de la población del Remanso Valerio;
c) la
reedición de la tradición higienista del urbanismo en el paradigma de la
movilidad sostenible implementado en Buenos Aires y otras ciudades de la
región, legitimado como estrategia de los Gobiernos locales para afrontar las
crisis sanitaria y ambiental, tras la pandemia por la covid-19;
d) la
negociación de sentidos en torno a la gestión
del riesgo desde una mirada que incorpora la noción del habitar y que da cuenta
de cómo las significaciones que construyen los
moradores de zonas amenazadas por la naturaleza suelen desbordar las soluciones
técnicas municipales;
e) el
análisis de la fiesta patronal de Tesistán como dispositivo de la memoria y
mecanismo de contención ante las presiones inmobiliarias de las políticas de
expansión y la sobreoferta de vivienda popular en esta zona periférica de
Guadalajara.
Con “Urbanismos
habitados…”, se propone abandonar la vocación prescriptiva de soluciones
proyectuales alienadas de la vida social para avanzar hacia una comprensión
descriptiva, capaz de visibilizar la potencia del habitar. Ello permitirá
comprender la producción de las ciudades latinoamericanas y repensar los
esquemas disciplinares de la práctica urbanística. La diversidad de apuestas
metodológicas y la perspectiva interdisciplinar que caracterizan a este dossier
conllevan una nueva reflexión sobre la dimensión habitada del espacio,
entendida como la expresión radical del orden social, evidente en las
manifestaciones de informalidad urbana o en la naturaleza subversiva de la
apropiación del espacio, así como en sus manifestaciones de asimilación o
resistencia frente a las reformas urbanísticas. Con cada caso de estudio se
reivindica la vida cotidiana, ese sustento al que deberían adaptarse las
soluciones urbanísticas, cuya finalidad es combatir los efectos perniciosos de
los proyectos neoliberales.
En
el artículo “Resiliencia y ciudad neoliberal: una genealogía sobre América
Latina”, Andrea Lampis presenta un análisis teórico y
sociológico del término resiliencia, que se ha integrado progresivamente a la
práctica urbanística, debido al auge de los debates académicos y políticos
acerca del cambio climático. El autor realiza una genealogía del concepto desde
su aparición en las ciencias naturales, físicas y sociales hasta su
instrumentalización en la retórica de la ciudad neoliberal. El desplazamiento
de esta noción entre diversos campos del conocimiento es adoptado por la
disciplina urbanística para reafirmar su modus operandi,
bajo la veracidad científica atribuida a las llamadas “ciencias duras”. Pese a las
escasas evidencias científicas que demuestren los impactos de las ciudades
resilientes en la protección de las personas y de sus activos económicos y
ambientales, el término se ha posicionado en los discursos promotores de las
agendas públicas a nivel local, regional y global.
Los
procesos de urbanización no dejan de ser, en última instancia, una expresión de
la circulación del capital por la ciudad. Ello implica la revalorización de
zonas estratégicas para la rentabilidad económica, que identificamos a través
de un tipo de apropiación socioespacial neoliberal. Las operaciones
urbanísticas que se promocionan con la retórica de las ciudades resilientes se
han concretado bajo un modelo de gestión urbana empresarial que dirige la
planificación de las ciudades a nivel global, independientemente de las
categorías discursivas empleadas para su promoción y de la ideología de los
partidos políticos de turno, a los que se adscriben los Gobiernos locales.
Uno
de los principales efectos de este modelo de gestión urbana, en el que se
entiende a la ciudad como un negocio rentable, ha sido la destrucción de formas
de habitar y de ecosistemas naturales, al ser considerados sobrantes del
proceso de acumulación de plusvalías. Teniendo en cuenta que a nivel global
este ha sido el marco de actuación de la planificación urbana, es necesario
repensar sus contradicciones e indagar otros modelos de gestión orientados a
detener y revertir la mercantilización de las ciudades. El objetivo más amplio
radica en avanzar hacia un paradigma que considere central la protección de la
vida de las personas y la naturaleza.
Desde
la anterior premisa, en el primer artículo del dossier, Lampis
profundiza en los debates sobre la noción de resiliencia urbana en el marco de
la urbanización neoliberal para entender por qué se apela al término
resiliencia y cuáles son sus implicaciones en el espacio urbano. Su hipótesis
teórica es que la resiliencia [supone] una noción domesticadora funcional a
estrategias de tamizaje y control del espacio urbano por parte de intereses y
capitales financieros nacionales e internacionales. En torno a esta hipótesis,
el autor propone una reflexión crítica del concepto para evitar reproducir
viejas y nuevas utopías injustas, a la vez que nos invita a teorizar sobre el
cambio urbano con una discusión axiológica de acciones alternativas que podrían
implicar una transformación real.
El
artículo titulado “Miradas sobre la costa del litoral argentino. La comunidad
pesquera ante la planificación metropolitana” constituye un análisis en
profundidad sobre los factores e intereses económicos y políticos determinantes
de las reformas urbanísticas. El texto evidencia los efectos sociales y
ambientales invisibilizados por la retórica promotora de la reconversión del
Remanso Valerio (Rosario, Argentina). Para este caso de estudio, Diego Roldán y
Lisandro Arelovich analizan el entramado de la praxis
urbanística y sus múltiples escalas, interacciones y discursividades, a partir
de una reconstrucción histórica de las principales iniciativas municipales e
inmobiliarias de los últimos años para rehabilitar esta zona del litoral, así
como de sus impactos sobre la población y el barrio antiguo de familias
pescadoras. Los autores muestran cómo interactúan los distintos agentes
sociales con capacidades, intereses y capitales divergentes en el proceso de
renovación de la costa de Rosario, en medio de la tensión entre los intereses
políticos e inmobiliarios de los promotores del proyecto y las expectativas y
formas de habitar de quienes viven y trabajan en la barriada de pescadores del
Remanso.
Al
evidenciar los intereses económicos de los agentes promotores de la
construcción de una zona recreativa y la extensión de una vía de conectividad
automovilística para el Remanso, en el artículo también se muestra cómo la
fabricación de discursos estigmatizantes de la población opera de manera
estratégica ante la legitimación de este proyecto urbanístico. La construcción
de un discurso ligado a la inseguridad existente en la barriada de pescadores
del Remanso avala la intervención municipal para la construcción de espacios
públicos, de la Hidrovía y del Puente Rosario-Victoria,
ofertadas en cuanto mejoramiento de su hábitat. Sin embargo, se ocultan otros
efectos el desplazamiento poblacional, la erradicación de las prácticas
cotidianas ligadas a la actividad pesquera y la entrega del territorio a los
intereses inmobiliarios y financieros del sector privado.
Se
trata de un caso paradigmático que demuestra cómo la identificación de las
necesidades de la población local y la conservación de las apropiaciones
cotidianas del Remanso no han sido incluidas en los planes urbanos gestionados
por la municipalidad. El artículo aporta evidencias empíricas, producto del
trabajo de campo, respecto a las dificultades de la perspectiva urbanística
para reconocer el sistema de organización espacial producido “desde abajo”, por
quienes han poblado la costa del río desde hace setenta años. Los autores
abogan por establecer umbrales de entendimiento frente a estas dimensiones en
disputa, destacando las tácticas de resistencia de las poblaciones locales que
han sobrevivido a pesar de los intentos institucionales por erradicarla. Se
advierte que, de prosperar la reconversión del Remanso Valerio, se convertiría en el proyecto
canalizador y modélico para colonizar urbanísticamente los otros asentamientos
populares costeros de la franja sur de Rosario.
Al
develar las retóricas promotoras de las transformaciones urbanísticas, quedan
al descubierto las continuidades y rupturas en los modelos de gestión urbana
implementados. Así se plantea en el artículo “¿Hay un modelo urbanístico poscovid? La pandemia como catalizadora de
transformaciones urbanas en Buenos Aires”. Tras estudiar los programas del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) para el rediseño de los espacios
públicos impulsados durante la pandemia, Diego Ezequiel Vázquez y Martina Daniela
Berardo exponen las paradojas de esta reforma
urbanística, cuyo fin era diseñar y justificar la política municipal, bajo un
discurso que, por un lado, promovió dicha reforma en cuanto respuesta idónea y
novedosa a los desafíos de la crisis sanitaria, y, por otro, prolongó los
procesos de limpieza social, y de vigilancia y control de los usos, prácticas y
conductas en los lugares públicos.
Los
resultados expuestos en este artículo se podrían considerar una tendencia en
las ciudades tras la pandemia, evidente en la promoción de planes de movilidad
sostenible que los Gobiernos locales han asumido como prioridad para producir
ciudades saludables, de distancias transitables más cortas y que fomenten la
movilidad no motorizada, por ejemplo, los desplazamientos a pie o en bicicleta.
Si bien no es reciente esta preocupación por la reforma de los sistemas de
transporte para avanzar hacia la descarbonización, es durante y después del
confinamiento experimentado a nivel global durante 2020 que este paradigma urbano
se ha posicionado en la vanguardia mundial. Tal y como sucede en Buenos Aires,
los Gobiernos locales de grandes ciudades apostaron por operaciones de
urbanismo táctico, la implementación de supermanzanas y otras reformas en las
redes de transporte para alcanzar el modelo de la “ciudad de los 15 minutos”.
Aun cuando resulta fundamental la previsión de una adecuada planificación de
las infraestructuras de movilidad y dotación de lugares para el ocio y la
recreación, en las retóricas promotoras de este tipo de reformas del espacio
público se olvida, una vez más, que operan como dispositivo técnico y
administrativo para encubrir procesos de mercantilización y de control social.
Aunque
la pandemia reforzó retóricas preexistentes sobre el espacio público, en el
artículo también se exponen los matices que caracterizaron las diferentes fases
de intervención en la ciudad de Buenos Aires: la adopción del paradigma de
movilidad consumido a nivel global para convertir a estos espacios en lugares
seguros ambiental y socialmente; reconquistarlos apelando a resguardos
higiénicos y sanitarios; y ofertarlos nuevamente como sitios ideales para
pasear y satisfacer prácticas de consumo. Detrás del rediseño y embellecimiento
de los espacios públicos, para gestionar la distancia física y promover su uso
intensivo, opera, en rigor, la continuidad y la reedición de la tradición
higienista del urbanismo, en el sentido de que la reforma del entorno para
generar espacios saludables tiene como último fin el refinamiento de procesos de
limpieza social. Vázquez y Berardo sostienen que la
pandemia funcionó como un acelerador de criterios de transformación urbana, que
no solo se venían implementando con anterioridad en las actuaciones del GCBA,
sino que dan continuidad al higienismo, ideología
fundante del urbanismo, como disciplina que ha justificado las reformas de las
ciudades desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Las tensiones entre la reproducción de la vida
cotidiana y la perspectiva institucional de la gestión urbana se examinan en el
artículo “Habitar territorios en riesgo: apropiaciones espaciales y disputas
simbólicas en dos barrios periféricos de Quito”, a partir de la catalogación de
estos como zonas de riesgo. Dada la predominancia de estudios que priorizan la
información geológica, hidrográfica, topográfica o climática a la hora de
evaluar y comprender el riesgo en determinados territorios, el artículo
representa un aporte desde el campo de las ciencias
sociales, ya que introduce la noción de habitar para indagar las representaciones
y acciones de quienes viven en estas zonas de riesgo, así como las
negociaciones que intentan lograr frente a los técnicos municipales. Con este
enfoque, Alfredo Santillán y Elisa
Puga-Cevallos demuestran que la propia población entiende la reproducción de la
vida cotidiana en cuanto bien a proteger frente a las declaratorias de riesgo.
A la vez, esta reafirmación de su presencia en zonas expuestas a serias
amenazas naturales no solo podría incrementar la acumulación del nivel del
riesgo, sino que se complejiza hasta el extremo de desestimar la misma
situación riesgosa.
Con los resultados
de este estudio, Santillán y Puga-Cevallos identifican las dificultades de los
gestores urbanos, encargados de elaborar los diagnósticos de riesgo
tradicionalmente sustentados en criterios de evaluación de las características
físicas, para detectar las preocupaciones de la población del lugar. De ahí que
las soluciones técnicas sean inviables socialmente, pues ignoran las
operaciones materiales y simbólicas de la población. Esta disparidad entre los
criterios institucionales y los marcos interpretativos de quienes viven en el
barrio invita a reflexionar sobre el tecnicismo de la gestión del riesgo –y la
gestión urbana en general– para superar la posición irrefutable de la
cientificidad y entender el habitar como una entrada analítica indispensable
para el proceso de toma de decisiones de las políticas urbanas.
Los
efectos de la urbanización sobre la pérdida de prácticas, formas de
organización colectivas y memorias cotidianas se retoman en el artículo “La
cuidad se hace en la fiesta: transformaciones periurbanas en las celebraciones
patronales de Guadalajara”, a partir del análisis del proceso de
metropolización y de periurbanización de Tesistán
(Guadalajara, México). Samuel Hernández-Vázquez y Carlos Ríos-Llamas estudian
cómo esta localidad se convierte en un nodo estratégico de la periferia para
concentrar la dotación de servicios y canalizar las presiones modernizadoras a
través de la expansión inmobiliaria en este antiguo territorio agrícola. Ponen
la mirada en las tácticas que sus habitantes conservan como parte de la memoria
colectiva, a pesar de los impactos de homogeneización cultural, precarización y
deterioro ambiental acarreados por las políticas de expansión y la sobreoferta
de vivienda popular. Así, a través del análisis de la fiesta patronal,
evidencian cómo estas prácticas rituales y los dispositivos de la memoria
anclados en las fiestas constituyen un mecanismo de resistencia ante las
transformaciones urbanísticas promovidas bajo la retórica del progreso. La
fiesta patronal de Tesistán, en su calidad de artefacto de la memoria, revela
varios aspectos: los acontecimientos conservados como legado de identidad de
los sectores populares, la expresión de maneras de habitar que reflejan el
umbral entre lo rural y lo urbano, y las formas de resistencia ante los
procesos de urbanización. Así, frente a las transformaciones territoriales, la
memoria colectiva prevalece. Se ejemplifica cómo los elementos rituales de la
fiesta patronal articulan el territorio y las maneras de habitar, y de cómo la
incesante labor del habitar resiste, a pesar de las presiones inmobiliarias que
persiguen la reconfiguración socioespacial.
Para concluir esta presentación, reiteramos que este dossier aporta valiosas reflexiones sobre la interacción entre el entorno construido y las formas de habitar en diversas ciudades de América Latina, en contextos de mercantilización espacial. Lo anterior se logra a partir del análisis de los impactos sociales provocados por las transformaciones urbanas, la funcionalidad adscrita a las prácticas y apropiaciones espaciales, y la dimensión simbólica que interviene en la producción de la ciudad. Las perspectivas críticas con que han sido pensados los artículos aquí reunidos ponen en evidencia los intereses económicos y políticos que operan detrás de las reformas del espacio urbano y sus impactos sobre la vida social.